El papa Francisco ha calificado hoy de "deplorable" la maternidad subrogada y ha hecho un llamamiento "para que la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica". El camino hacia la paz exige el respeto de la vida, de toda vida humana, empezando por la del niño no nacido al seno materno, que no puede ser suprimida ni serse convertido en un producto comercial. En este sentido, considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada", así lo ha expuesto en su tradicional discurso de inicio de año ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
Francesc ha dejado claro que esta práctica no solo ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño, sino que se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre. "Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato. Por eso hago un llamamiento para que la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica", ha sentenciado. El papa también ha insistido que "en cada momento de su existencia, la vida humana tiene que ser preservada y tutelada, aunque constato, a pesar de todo, especialmente en Occidente, la persistente difusión de una cultura de la muerte que, en nombre de una falsa compasión, descarta a los niños, los ancianos y los enfermos".
El papa contra "la teoría de género"
El pontífice también criticó con fuerza "la teoría de género", que consideró "extremadamente peligrosa". "Desgraciadamente, los intentos que se han producido las últimas décadas de introducir nuevos derechos, no del todo compatibles con respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables, han dado lugar a colonizaciones ideológicas", ha afirmado. Y entre ellas "ocupa un lugar central" la teoría de género, que es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todo el mundo. Estas colonizaciones ideológicas provocan heridas y divisiones entre los Estados, en lugar de favorecer la construcción de la paz", ha remarcado, según recopilación EFE.
Sigue la línea de su discurso para la Epifanía, donde pidió abandonar las "ideologías", en especial en sí de la Iglesia. "Ideologías eclesiales, no; vocación eclesial, sí", sentenció desde la basílica de Sant Pere. Además citó más una homilía de Benedicto XVI, muerto el 31 de enero de en el 2022, del 6 de enero del 2008, en que afirmó que "si falta la verdadera esperanza, se busca la felicidad en la embriaguez, en el superfluo, a los excesos, y los hombres se arruinan a sí mismos y al mundo". Francesc reclamó que la fe "no se reduzca a un conjunto de prácticas religiosas a un hábito exterior", sino que se convierta en un fuego que queme "por dentro" para buscar "el rostro del Señor" y ser "testigos de su Evangelio".