El papa Francisco se mantiene "estable" y no ha vuelto a presentar crisis respiratorias, según se recoge en el último informe médico publicado por el Vaticano este sábado. El estado de salud del pontífice había empeorado este viernes después de que sufriera una crisis de broncoespasmo con un episodio de vómitos con inhalación, que supusieron una presión añadida a su sistema respiratorio, que se tiene que recuperar de una neumonía bilateral. A lo largo de la jornada de hoy, ha alternado la ventilación mecánica no invasiva con largos periodos de oxigenoterapia de alto flujo, manteniendo siempre una buena respuesta al intercambio de gases, según informa la Santa Sede. "El Santo Padre está afebril y no presenta leucocitosis —aumento del número de glóbulos blancos en la sangre. Los parámetros hemodinámicos se han mantenido siempre estables; ha seguido comiendo y se ha sometido regularmente a fisioterapia respiratoria, colaborando activamente," recoge el parte médico, que mantiene el pronóstico reservado.

Tras pasar una noche tranquila, este sábado el papa se despertó, desayunó, tomó un café y se dedicó a leer los periódicos, explicaron fuentes del Vaticano esta mañana, que insistieron en que su cuadro clínico sigue siendo complejo. Los médicos que lo atienden en el hospital Gemelli de Roma explicaron este viernes que el broncoespasmo que sufrió es una crisis "distinta" a la sufrida la semana pasada, cuando tuvo un episodio asmático, y advirtieron que necesitarán entre 24 y 48 horas para avalorar cómo le afectará y si agravará su situación. Desde el Vaticano añadieron que el broncoespasmo no afectó a otros órganos. 

 Tercer Angelus sin el papa

El ángelus que el papa suele leer cada domingo desde la ventana del Palacio Apostólico vaticano se difundirá por tercer domingo consecutivo solo en texto. Por otro lado, en la misa del Miércoles de Ceniza, el próximo 5 de marzo, el pontífice será reemplazado por el cardenal Angelo de Donatis, que inaugurará en su nombre el periodo de Cuaresma, informó este viernes el Vaticano.

Además del Miércoles de Ceniza, el Vaticano había informado el 12 de febrero, dos días antes del ingreso de Francisco en el hospital, de que el papa participaría en otros cuatro eventos en los meses de marzo y abril durante la Cuaresma. El 9 de marzo, debía presidir la misa del primer domingo de Cuaresma en la plaza de San Pedro en el Vaticano por la mañana y por la tarde participar en el inicio de los ejercicios espirituales del Santo Padre y la Curia Romana. El 14 de marzo debía participar en la conclusión de dichos ejercicios, mientras que el último evento en el que se anunció la presencia del papa es la misa del quinto domingo de Cuaresma, el 6 de abril, que coincide con el Jubileo de los Enfermos y del Mundo de la Salud.