El papa Francisco ha reaparecido este Domingo de Ramos en la plaza San Pedro, donde ha presidido la misa que marca el inicio de la Semana Santa un día después de haber recibido el alta hospitalaria. El pontífice ha demostrado que está recuperado, y aunque se han notado los efectos de la bronquitis en la debilidad de su voz, eso no le ha impedido pronunciar la homilía, en la cual ha recordado que "Jesús nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados" del mundo. "Nadie puede ser marginado", ha proclamado ante 30.000 fieles, segundos cálculos de la Santa Sede.
El papa Francisco insta a los fieles a estimar a Cristo en los "abandonados"
Jorge Mario Bergoglio ha llegado en papamóvil hasta el obelisco del Vaticano, donde ha bendecido las palmas y las ramas de olivo de los fieles y los miembros de la Curia Romana que han hecho la procesión en recuerdo de la entrada de Jesucristo en Jerusalén. Después, ha caminado —ayudado de su habitual bastón— hasta el altar, situado en el centro de la plaza San Pedro. Aunque el cardenal argentino Leonardo Sandri ha sido el encargado de oficiar la eucaristía, el obispo de Roma ha estado presente durante toda la ceremonia y ha pronunciado un mensaje a los fieles. El Papa ha meditado sobre las palabras de Jesús de Nazaret en la Cruz, "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", y ha explicado que "el verbo 'abandonar' en la Biblia es fuerte" y "aparece en momentos de extremo dolor", y por eso el recuerdo de Cristo tiene que mover a sus seguidores a "buscarlo y amarlo en los abandonados" de nuestros tiempos.
"Hay tantos cristos abandonados, invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor", ha exclamado el Papa. Al mismo tiempo, ha señalado que hay pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte. "Hay pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con los que no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros, sino números; presos rechazados, personas catalogadas como problemas," ha denunciado.
Sin embargo, ha subrayado que estas personas "rechazadas y excluidas" representan iconos "vivos" de Cristo. "Nos recuerdan la locura de su amor, su abandono que nos salva de toda soledad y desolación," ha dicho. Por eso, ha instado a los católicos a que sepan amar a Jesús "en cada persona abandonada". "Pedimos la gracia de saber ver y reconocer al Señor que sigue gritando en ellos. No dejemos que su voz se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia. Dios no nos ha dejado solos, cuidemos a aquellos que han sido dejados solos", ha sentenciado. En este sentido, el Papa ha explicado que, igual que los abandonados, él mismo necesita a Jesús cerca. "Yo también necesito que Jesús me acaricie, que esté cerca de mí, y por eso lo buscaré en los abandonados y en los solitarios", ha asegurado.
El papa Francisco preside el Domingo de Ramos un día después de recibir el alta https://t.co/RGRJB9zt81 pic.twitter.com/NAwWpBmF03
— Europa Press TV (@europapress_tv) April 2, 2023
El papa Francisco presidirá todas las liturgias de la Semana Santa
El pontífice recibió el alta hospitalaria este sábado, después de haber sido tres días ingresado a causa de una infección respiratoria. "Estoy vivo", bromeó con los periodistas al salir del Hospital Gemelli de Roma. Aunque en un primer momento su estado de salud hizo dudar sobre si podría participar en los actos de la Semana Santa, finalmente el Vaticano confirmó que presidiría todas las citas litúrgicas de la semana más significativa para la Iglesia católica, en la que se conmemora la muerte y resurrección de Cristo. Sin embargo, se repetirá la fórmula de este domingo y varios cardenales serán los encargados de celebrar a las misas para evitar que el pontífice se fatigue.
Así, el próximo Jueves Santo está previsto que presida la misa 'In Coena Domini' en la prisión de menores de Casal de Marmo, en Roma, una celebración que será privada. Si su estado de salud sigue evolucionando favorablemente, el Domingo de Pascua, con motivo de la bendición 'Urbi Et Orbi', es posible que el Papa se asome por el balcón de la basílica de San Pedro para leer el tradicional mensaje sobre los problemas del mundo.