El papa Francisco ha tenido un sentido recuerdo este domingo 1 de enero de 2023 para el difunto papa emérito Benedicto XVI, fallecido este sábado a los 95 años, durante su homilía en la primera misa del año en la basílica de San Pedro. "Hoy encomendamos a la Madre Santísima el amado papa emérito Benedicto XVI para que le acompañe en su paso desde este mundo hacia Dios", ha manifestado Francisco, en su segunda reacción pública sobre el fallecimiento de Joseph Ratzinger.
Posteriormente, al inicio del Ángelus, el Papa volvió a recordar a Benedicto XVI para agradecer sus años de servicio a la Iglesia, como sacerdote, cardenal y pontífice durante ocho años, hasta su histórica renuncia en 2013, la primera en seis siglos. El funeral por el pontífice emérito se celebrará el próximo 5 de enero en la plaza de San Pedro y será oficiado por el papa Francisco. Este lunes se abrirá la capilla ardiente en la basílica de San Pedro del Vaticano para que los fieles puedan despedirlo.
Este domingo, ante cientos de fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro, Francisco se ha referido al papa emérito: "El inicio de un nuevo año está encomendado a María Santísima, que hoy celebramos como Madre de Dios. En estas horas invocamos su intercesión, en particular para el Papa emérito Benedicto XVI, que ayer por la mañana dejó este mundo". "Nos unimos todos juntos, con un único corazón y una única alma, al dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia". El papa Francisco fue el primero en visitar el cuerpo del pontífice emérito Benedicto XVI en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.
Oraciones por los que sufren la guerra
Durante la homilía en la Misa de la Solemnidad de la Madre de Dios y con motivo de la 56º Jornada Mundial de la Paz, Francisco también ha pedido oraciones "por los hijos que sufren y ya no tienen fuerzas para rezar". "Por tantos hermanos y hermanas afectados por la guerra en muchas partes de mundo, que viven estos días de fiesta en la oscuridad y a la intemperie, en la miseria y con miedo, sumergidos en la violencia y en la indiferencia", ha dicho el pontífice.
Igualmente, se ha referido a los pobres recordando a los pastores de Belén y su importancia. "Eran pobres, quizás también bastante rudos, y aquella noche estaban trabajando. Fueron precisamente ellos, y no los sabios, ni mucho menos los poderosos, los que reconocieron en primer lugar al Dios cercano, al Dios que llegó pobre y ama estar con los pobres. El Evangelio subraya de los pastores, sobre todo, dos gestos muy sencillos, que, sin embargo, no siempre son fáciles. Los pastores fueron y vieron: ir y ver", ha reflexionado.
También ha pedido a los fieles no quedarse "inmóviles y cómodos esperando a que las cosas mejoren" aunque ha advertido del "peligro de las prisas" y ha instado a sacar tiempo "para pasar un minuto en compañía del Señor, para escuchar su Palabra, para rezar, para adorar, para alabar". "Lo mismo ocurre con respecto a los demás: apurados o atrapados por el protagonismo, no hay tiempo para escuchar a la esposa, al marido, para hablar con los hijos, para preguntarles cómo se sienten por dentro, no solo cómo van los estudios y la salud. Y cuánto bien nos hace escuchar a los ancianos, al abuelo y a la abuela, para mirar la profundidad de la vida y redescubrir las raíces", ha apuntado.