El papa Francisco se sorprendió al bendecir la Moreneta de Girona en castellano. Fue hace dos semanas, el sábado 7 de octubre, cuando el pontífice preguntó al cardenal Joan Josep Omella por la lengua en qué estaba escrito un texto que tenía que leer a la hora de bendecir la imagen de la Moreneta que se venera en la catedral de Girona —durante la audiencia a los participantes en el peregrinaje a Roma de la cofradía de la Virgen de Montserrat, con motivo de los 800 años de su fundación. Y es que vio que el texto estaba en castellano y preguntó: "¿No tiene que ser en catalán?". La respuesta del cardenal fue un claro "no" y el papa procedió a la lectura de Dios de la ternura en castellano.
Fuentes del Arzobispado han apuntado a la ACN que este tipo de actos están muy planificados y que todo está pautado, a la vez que han recordado que el papa Francisco utiliza habitualmente el italiano y el castellano. Además, han remarcado que el pontífice saludó con un "bon dia a tots" al principio de la audiencia. Sea como sea, el diálogo sobre la lengua del texto que había que leer tuvo lugar mientras se acababan las últimas notas de un canto en catalán. El vídeo donde se ve la secuencia está colgado en el Facebook de la Abadía de Montserrat.
El candidato a nuevo obispo de Girona
Por otra parte, el papa Francisco ya ha propuesto formalmente al candidato a nuevo obispo de Girona. Es decir, que ha firmado la aceptación dando el visto bueno al nombre que le han hecho llegar y ahora queda pendiente que la persona acepte el cargo para que la diócesis vuelva a tener obispo. Y es que la diócesis hace más de un año que tiene el liderazgo vacante. El anterior obispo, Francesc Pardo, renunció al cargo en junio de 2021 después de cumplir 75 años y murió el 31 de marzo de 2022. Fieles gerundenses que participaron en el mencionado peregrinaje aprovecharon la audiencia para recordarle al pontífice la necesidad de relevo. Fue entonces cuando el papa les comunicó que la situación se ha desencallado.
Cuando se produce una vacante en una diócesis, el Código de Derecho Canónico establece que se tiene que proponer a la Santa Sede una terna de nombres —entre los cuales está el candidato más idóneo. El pontífice es el encargado de firmar la aceptación. La propuesta formal pasa a manos de la nunciatura y de la Conferencia Episcopal Española, que se lo comunica al candidato y este tiene entonces la opción de aceptar o declinar el cargo. De hecho, ha habido alguna renuncia previa. Pero ahora la propuesta saldrá adelante, según exponen fuentes consultadas por la ACN. A partir de aquí, se abren dos escenarios: por una parte, que el candidato ya sea obispo y que pueda asumir el cargo; por otra, que no lo sea y que lo tengan que ordenar como tal.