El papa Francisco se vuelve a situar en el centro de la polémica por volver a criticar "el mariconeo" que se respira en el Vaticano. Según medios italianos como Il Corriere della Sera o Repubblica, el papa se ha reunido a puerta cerrada en la diócesis de Roma con aproximadamente 200 sacerdotes con los que ha vuelto a hablar sobre la posible entrada de personas homosexuales en los seminarios y tal como pasó hace dos semanas, el pontífice habría utilizado la expresión frociaggine, un término despectivo, para referirse a los homosexuales. Sin embargo, ha hecho un llamamiento a la iglesia a acoger homosexuales, pero también ha pedido "prudencia" sobre el posible ingreso en los seminarios. En concreto, los medios informan de que el papa ha asegurado que los "gais son buenos chicos" pero que con esta "tendencia, mejor que no en el seminario" y ha añadido "la ideología gay no es buena".
Ante la nueva polémica, la Oficina de Prensa del Vaticano ha señalado que "el Papa habló del peligro de las ideologías a la Iglesia y reanudó el tema de la admisión de personas con tendencias homosexuales en los seminarios, reiterando la necesidad de acogerlas y acompañarlas a la Iglesia y la indicación prudencial del Dicasterio para el Clericato sobre su ingreso en el seminario".
Las polémicas del papa
Hace poco más de dos semanas el papa hizo unas afirmaciones similares, y acabó saliendo a pedir perdón, asegurando que no tenía ninguna intención de ser homófobo. El papa Francisco "nunca tuvo la intención de ofender o expresarse en términos homófobos, y pide disculpas a los que se sintieron ofendidos", publicó la oficina de prensa del Vaticano después de que trascendieran las polémicas declaraciones. El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, detalló que el Papa está "al corriente de los artículos publicados recientemente sobre una conversación, a puerta cerrada, con los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI)". En aquella reunión, se trató sobre admitir a los seminarios a candidatos abiertamente homosexuales y en cuál mide y Francisco, aunque reiteró como siempre la necesidad de acoger a todos, se mostró muy rígido sobre este tema, reiterando el suyo no a admitirlos como ya ha reiterado la Iglesia en varias ocasiones. Según explicó Corriere della Sera los presentes consultados "más que vergüenza, la frase fue recibida con algunas risas incrédulas" y que "era evidente que el papa no era consciente de la ofensiva que resulta esta palabra en italiano".
La misma semana, el papa protagonizó otras polémicas afirmaciones, en aquella ocasión, sobre las mujeres. Según publicaron varios medios italianos, Francisco habría instado a jóvenes sacerdotes en una reunión a puerta cerrada a que dejaran de lado el chisme, porque es "cosa de mujeres". "Nosotros llevamos pantalones, tenemos que decir las cosas", añadió el pontífice, como una forma de pedir a sus sacerdotes que vayan de cara y sean más directos.