En plena crisis del Opus Dei por el escándalo originado en Argentina, el papa Francisco ha intervenido y ha tomado el control de Torreciudad, el santuario del Opus Dei fundado por Escrivá de Balaguer. Dos semanas después de la petición del obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, la Santa Sede ha tomado las primeras medidas y ha nombrado a Alejandro Arellano Cedillo como decano del Tribunal de la Eructa Romana, comisario pontificio plenipotenciario y delegado de la Santa Sede para Torreciudad. Según detalla elDiario.es, Arellano se encargará de gestionar el santuario situado en la provincia oscense y que cada año recibe a más de 190.000 fieles. El nombramiento de Arellano, es un movimiento del papa Francisco para colocar a un hombre próximo al obispo para poner solución a uno de los frentes abiertos entre el Vaticano y el Opus Dei, después del fracaso de todos los intentos por encontrar una solución entre la Obra y la diócesis.
El obispo de Barbastro-Monzón se ha visto asediado por parte de los sectores ultracatólicos durante las últimas semanas, y parece que estaría de acuerdo con el nuevo nombramiento. Según el citado diario, lo que podría pasar después de la intervención de Torreciudad sería el cese de Pérez Pueyo, aunque, parece poco probable. A partir de ahora y con el nuevo cargo, Arellano tendrá toda la fuerza para poder investigar y tomar las decisiones ejecutivas que afecten al santuario. Además, también tendrá acceso a la documentación económica sobre Torreciudad.
El origen del conflicto
Torreciudad es un auténtico símbolo para el Opus Dei. Con solo dos años, Escrivá de Balaguer visitó la ermita de Torreciudad para agradecer la curación de una enfermedad grave. La visita determinó para Escrivá, que este lugar tendría que ser suyo. El 7 de julio de 1975, dos semanas después de su muerte, abrió las puertas un nuevo santuario gestionado por el Opus.
El origen del conflicto entre el Opus Dei y el Vaticano es que la diócesis descubrió que la aportación simbólica que hacía el Opus Dei por este santuario no se correspondía con los ingresos que se obtenían únicamente por la presencia de los fieles, que según los datos del 2022, supondrían 1,2 millones de euros de recaudación. Además, también se conoció que la fundación que se encargaba de la gestión del recinto había adquirido terrenos confrontados con la intención de construir un macrocomplejo que pondría el santuario al nivel de otros europeos. Una decisión que desconocía la diócesis. A partir de aquí las negociaciones dieron un giro, y la diócesis pidió un canon por peregrino, según elDiario.es, sería entre 5 y 25 euros, que sumaría un total de entre medio millón y cinco millones de euros el año, además también exigieron el Opus Dei designar a un nuevo rector que actuara "en equipo" con el resto de sacerdotes. La falta de acuerdo entre las partes ha generado una situación muy tensa desde hace meses, que, de momento, se ha resuelto con el nombramiento decretado por el papa Francisco.