Desconfianza, vacío, pérdida de autoestima, rabia, frustración... estas podrían ser algunas de las sensaciones o sentimientos que vibran con fuerza cuando se descubre la infidelidad de la pareja (emocional o carnal, tanto hace). La intensidad del dolor podría estar relacionada con el tiempo de la relación o la convivencia. Pero no tiene por qué, ya que cada relación se vive de manera diferente. ¿Por qué hace tanto daño una infidelidad? En este contexto, la pregunta puede resultar obvia. Pérdida de confianza, traición, sentimientos contradictorios...
"Una infidelidad siempre es traumática y el motivo principal tiene que ver con lo que uno espera por parte de su pareja de determinadas atenciones, solidaridad, confianza, amor y también, de alguna manera, protección y seguridad", destaca el psicólogo experto en vínculos Sebastián Girona, de origen argentino establecido en Barcelona. "Cuando se produce una infidelidad pasa todo el contrario de lo que se espera de una pareja, quién te tiene que cuidar no sólo no lo hace, sino que además traiciona la confianza en que circula dentro del vínculo".
Por otra parte, destaca también que todas las parejas tienen un "contrato implícito" que ambas partes tienen que cumplir porque se supone que así lo han establecido. "Aunque haya nuevas formas de estar en pareja, como parejas abiertas o poliamor, la mayoría de las relaciones sigue teniendo un formato clásico y en estas parejas, la primera de las cláusulas es la exclusividad sexual". De esta manera, Girona destaca que cuando hay una infidelidad, "el contrato del vínculo se rompe de manera abrupta y eso cambia drásticamente las condiciones de la relación. Genera una desilusión muy grande".
¿Se puede volver a confiar?
¿Cuántas personas han intentado superar una infidelidad hablando, yendo a terapia de pareja o de la manera que sea para recuperar la confianza? Girona destaca que es posible volver a confiar en el otro, pero "no es fácil y no será rápido". La confianza necesita tiempo para construirse, se necesitan meses, semanas y, a veces, años. Una infidelidad ataca la base de la relación que es precisamente la confianza. Esta se encuentra en la base de la relación, es donde se encuentran los vínculos y desde donde se puede construir y estructurar la relación en términos de intensidad y de profundidad. Si se rompe esta base, el resto se pone en duda y a partir de aquí la pareja pasa a estar en una crisis de confianza, además, de cómo puede resultar de traumático el momento".
En este sentido, constata que "es natural pensar que recuperar esta confianza comportará tiempo y trabajo de los dos, sobre todo de todo del que cometió la infidelidad".
¿Has sido infiel y quieres arreglar la situación?
"Superar una infidelidad no depende sólo de la persona que ha cometido la infidelidad, pero sí que esta tendrá que hacer algunas cosas", destaca. "Como primera medida, lo más importante es entender que aquella persona que sufrió la infidelidad, está traumatizada, es decir, necesita cuidados, y tendrá prioridad sobre lo que pase próximamente".
Y, es que tal como destaca el experto, la infidelidad es un golpe psicológico para una relación. Entender eso es primordial "porque este traumatismo generará en la otra parte inestabilidad psicológica, esto es, un día me tratará mal, otro querrá continuar con la relación y otros días no. Eso tendría que ser tolerado por la persona que cometió la infidelidad".
Sin embargo, eso no es todo. "Después de eso, hay que tener en cuenta que hay una etapa que se llama claridad y transparencia, el objetivo de la cual es reconstruir lentamente la confianza perjudicada. O sea que la persona que haya cometido la infidelidad tendrá que ser tan clara como sea posible. Eso significa que si la persona con la cual cometió la infidelidad vuelve a comunicarse, tendrá que explicarse. Significa que también al principio (y provisionalmente) tendrá que dar más explicaciones sobre donde vaya y con quién o sobre lo que haga".
¿La relación puede salir reforzada?
Salir de una situación como esta es complicada. "A veces puede pasar de que la pareja se recupere y esté mejor que antes, pero no es fácil ni pasa normalmente. Eso pasa porque los integrantes de una relación pueden entender, pasado el primer momento, y después de recuperar parte de la confianza, que la infidelidad acostumbra a ser síntoma del problema que tiene la pareja y no el problema en sí mismo. Una infidelidad es como la fiebre, si yo soy médico y veo un paciente que tiene fiebre no me dice qué enfermedad tiene, sólo es un síntoma".
Así, concluye que "si la pareja posteriormente puede encontrar cuáles son los motivos de lo que pasó, entonces en este caso tendrá la oportunidad de revisar el funcionamiento y la dinámica del vínculo para mejorar y cambiar lo que provocó aquella infidelidad".