Jóvenes los dos. Él, Ángel, de nacionalidad española y converso. Ella, cerrada, vistiendo siempre con burka, y también de nacionalidad española. Y felizmente casados viviendo juntos en un chalet de Cubelles, en el Garraf (Barcelona). Esta es la pareja que esta semana pasada han detenido efectivos de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional acusados de propaganda terrorista y de adoctrinamiento islamista. Con armas largas, de madrugada, por sorpresa, agentes de los grupos especiales de intervención de la policía española asaltaron su casa y la aseguraron. La información que los analistas tenían sobre la pareja, muy radicalizada, no permitía tomar ningún riesgo. Una vez detenidos, arrancó el trabajo de los investigadores.
Bajo la batuta del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional los agentes de Información entraron en casa de esta pareja y recogieron indicios para probar lo que hacía meses que seguían, la peligrosa radicalización que la pareja, que se conocieron y empezaron a intimar en chats de Telegram donde se hacían proclamas yihadistas, hacía en varios canales de distribución y también en redes sociales digitales abiertas. Los dos habían sido captados por un chico de 22 años de Granada que se hacía llamar 'el Califa' y que se encargaba de dinamizar canales de Telegram dónde añadía personas que tenían simpatía con los movimientos terroristas islamistas e iba instruyéndolos en la radicalización, hasta que pasaban en grupos más restringidos, donde seguía este proceso. Aquí fue dónde la pareja yihadista de Cubelles se conocieron. Y el amor surgió. Afinidades, maneras de vivir y la chispa terrorista acabó con matrimonio y fueron a vivir juntos en este chalet de la calle del Molino Nuevo, a la urbanización del Corral de Cona.
Ángel G., el detenido, era vecino del municipio desde siempre, y vivía en este chalet con su madre y, ahora, también con la detenida, a quien la gente no conocía -se desconoce desde qué punto del Estado había llegado. Él, en cambio, había ido al instituto del municipio. Ella era muy cerrada y siempre iba vestida con el burka con el cual sale a la fotografía que abre esta información. Ella nunca charlaba y siempre era él a quien llevaba la voz cantante cuando salían a comprar o a pasear por el municipio. Él, como el Califa, no tenía más de 22 años. Él, también, como las imágenes facilitadas para el Policía Nacional de la detención, iba vestido por la calle con túnicas. Los dos asistían en la mezquita de la avenida de Catalunya de Cubelles, donde algunas fuentes aseguran que es de carácter salafista y desde donde se financió, con aportaciones, la boda entre Ángel y la mujer que había conocido por Telegram.
Vivir juntos aceleró la radicalización
Este paso de ir a vivir juntos ha sido uno de los elementos claves de la policía española para explotar la investigación, que ya se había iniciado hace meses. Según las informaciones, pocas, que se han facilitado de las detenciones de esta pareja de Cubelles, los analistas notaron un crecimiento del consumo de propaganda y también de la difusión de esta por parte de la pareja. También creen que tuvieron acceso a manuales de creación de explosivos e incluso habían iniciado la producción de material de propaganda con vídeos donde reclamaban "derramar sangre" para|por el Islam y recuperar el control del al-Ándalus.
No habían marcado ningún objetivo concreto, pero la actividad era muy alta. Desde el inicio de la escalada de violencia en Israel, con el ataque terrorista a gran escala de Hamás y la respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel, se ha detectado un incremento de propaganda terrorista de carácter islamista contra judíos y también contra población occidental en general. Los dos detenidos en Cubelles, como también del 'Califa' de Granada, estaban bajo la lupa policía desde antes del shabat negro del pasado 7 de octubre, pero la actividad había crecido los últimos días.
La pareja de Cubelles, a prisión
En el registro en el chalet de Cubelles los agentes de la Policía Nacional se llevaron diverso material informático, que ahora tendrá que ser analizado, y también documentación y armas blancas. Después de ser entregados a la Audiencia Nacional el juez de este tribunal especial, que es quien se encarga de las causas por terrorismo, los envió a la prisión de manera preventiva, mientras avanza la investigación.
En la explotación del caso se detuvo también el Califa -de origen marroquí-, que también ingresó en prisión, y un cuarto hombre, también de nacionalidad española, que fue dejado en libertad con medidas cautelares. Los cuatro están acusados de adoctrinamiento terrorista, propio y a terceros, y de enaltecimiento del terrorismo.