Los peladores profesionales de corcho tendrán un carné para evitar el intrusismo laboral. El Departamento de Acció Climàtica ha creado este identificativo con la voluntad de profesionalizar el sector y garantizar el relevo generacional. Con este certificado, el Govern también quiere hacer más atractivo el sector e incrementar hasta un 75% la producción de corcho catalán de cara al 2030 para satisfacer una demanda "ya existente en Catalunya". Es por todo eso que la administración ha financiado un curso para promocionar esta profesión entre los jóvenes. Los primeros 10 alumnos finalizarán la formación a finales de esta semana. Se calcula que en Catalunya hay 124.000 hectáreas con presencia de corcho.
La primera hornada de peladores profesionales de corcho
La primera hornada de peladores profesionales de corcho de Catalunya finalizarán la formación este jueves. Estos expertos serán también los primeros de Europa en pasar un curso teórico y práctico enfocado a la profesión. El director del Instituto Catalán del Corcho, Joan Puig, ha subrayado la importancia de la iniciativa y ha señalado que este distintivo servirá para "profesionalizar el sector" y conseguir dar "valor añadido" a este trabajo. El curso formativo se ha llevado a cabo en Cassà de la Selva y lo han impartido profesionales del mundo del corcho.
Catalunya produce corcho por debajo de la demanda
En este sentido, Puig ha destacado que el objetivo que se propone el Gobierno es alcanzar un 75% de superficie gestionada del alcornocal catalán el año 2030, y que el 75% de la compra del global de corcho catalán se haga a empresas del país. Actualmente, la demanda que tiene la industria catalana se estima en unas 9.500 toneladas el año, por lo tanto, casi todo lo que se produce se podría absorber con la demanda que hay. Con respecto a los tapones de calidad que se están haciendo en el territorio, Puig ha reconocido que estos todavía representan un porcentaje "pequeño" con respecto a los que se producen en otras zonas del estado, aunque los árboles de los alcornocales catalanes tienen características que son "mejores" que otros que se encuentran en territorios donde hace más calor.
Hace falta formación para no "herir el árbol"
Puig alerta de que la alta demanda de tapones en Catalunya hace que haya mucho intrusismo laboral y avisa de que la gran mayoría de los aficionados que se animan a pelar corcho no tienen los conocimientos de cómo se tiene que extraer el material sin "herir el árbol". Según el experto, si el proceso no se hace correctamente puede comportar que el árbol no se pueda volver a pelar en los siguientes 50 años.