Miércoles 5 de septiembre. Las doce y media de la madrugada. Varias personas se enfrentan con palos en un grupo de turistas en la calle de Ferran. No hay ni detenidos ni heridos pero el disturbio despierta a los vecinos de la zona, que lo graban.
El martes 4 de septiembre, también a las doce y media de la madrugada, tres ladrones atracan a un turista a patadas en la calle de Banys Nous, en el barrio Gòtic. Tampoco hay denuncia policial. La única constancia es la que queda registrada por una vecina, Joana, que harta de las continuas peleas y reyertas decide denunciarlo en las redes.
Jueves 30 de agosto. Sobre las 6 y media de la tarde. Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana desmantelan el mayor narcopiso de la zona, un nido de narcotráfico situado en la calle de Agustí Duran i Sanpere, donde estaba la sede de Edicions 62. En el momento de la operación estaba en pleno funcionamiento.
Así podríamos seguir remontándonos todo el verano porque semana tras semana los problemas de inseguridad en el distrito de Ciutat Vella van en aumento.
Varias entidades y asociaciones de vecinos denuncian la inseguridad de un distrito -formado por el Raval, el Gótico, la Barceloneta y Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera (estos últimos menos conflictivos) que cada vez es más peligroso. Una de estas entidades la forman los vecinos de la Isla Robadors-Picalquers-Roig, un grupo muy activo a través de los chats de whatsapp que difunde todos los disturbios que pasan al barrio.
Para su portavoz, Ivan Rivera, que hace más 11 años que vive en el barrio, la inseguridad en los últimos tiempos "ha empeorado". Asegura que sufren dos males: el de la prostitución y el de los narcopisos y culpa de éllo a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau de la que dice que "acabará el mandato sin que haya venido aquí a entrevistarse con nosotros". Este vecino de 67 años es muy crítico con Colau: ¡"Claro está que no nos saca la prostitución de la calle Robadors! Si está de su lado, si se entrevista con ellas... cómo tiene que venir con nosotros después"?.
Cuando se cierra un narcopiso, se abre otro. No hay voluntad política", dice el portavoz de l'Illa RPR
Si la prostitución es un problema grande, no lo es menos el de los narcopisos contra lo que hace más de un año que luchan: "El problema es que cuando cierran a uno, se obra otro", afirma este activista, a la vez que reconoce indignado "no hay voluntad política. El que hace falta es una pareja de policías paseando por la calle".
Justamente el problema del narcotráfico ha llevado la plataforma vecinal 'Acció Raval' a elaborar un mapa de los puntos activos de venta de droga en el barrio. A través de su cuenta de Twitter ha difundido un plano que con el título de "Ruta decadente del Raval" sitúa los sitios donde se puede adquirir la droga. Se marcan 21 narcopisos, si bien es cierto que algunos de ellos, como el de la calle Agustí Duran i Sanpere ha sido clausurado hace pocos días.
Según uno de sus miembros, Ángel Cordero, "a pesar de todo, está mejor que el año pasado". Esta plataforma contabilizó, durante el 2017, una setentena de narcopisos. Ahora hay poco más de veinte. A pesar de la bajada Paro asegura que "no estamos bien" y es por eso que pide una mayor implicación de la Generalitat y de Justicia para atacar "la raíz del problema", que es "la vía de entrada de la droga". Dice que han notado más presencia policial pero afirma que "más policías y más presión" tampoco resuelve el problema, "lo traslada". Una de las soluciones, dice, pasa para dar "más recursos" a los consumidores y a las entidades que trabajan con los drogodependientes.
Se tiene que atacar el problema de raíz. Si ponemos más policias y más presión sólo lo trasladaremos", asegura un miembro de 'Acción Raval'
Para 'Acció Raval' es muy importante actuar sobre los grandes tenedores de pisos vacíos, es decir bancos y fondo buitre: "muchas veces los propietarios de los narcopisos son ellos. Si evitamos los desahucios, evitamos que haya viviendas vacías y por lo tanto, evitamos que los ocupen narcotraficantes", explica.
Paro dice que no se siente inseguro y no descarta que detrás de la proliferación de vídeos sobre actos vandálicos que corren por la red se escondan intereses políticos. "He visto gente con cámaras buscando jeringas. Antes de las encontrabas a cada paso, ahora ya no".
A pesar de las últimas peleas, desde el Ayuntamiento de Barcelona, fuentes oficiales aseguran que se está haciendo "un ingente trabajo policial" para combatir el incivismo y la inseguridad. El consistorio pone de nuevo, el foco sobre el gobierno catalán porque asegura que no es la Guardia Urbana quien tiene competencias en materia de orden público y seguridad ciudadana: "Es competencia de los Mossos d'Esquadra".
Este verano se han destinado 56 nuevos agentes al distrito de Ciutat Vella para combatir la delincuencia y en especial los problemas derivados de los narcopisos. Desde principio de año se ha actuado contra 53 locales donde se venía y consumía droga y se han detenido una setentena de personas relacionadas con esta actividad.
Aparte de la presión policial, el Ayuntamiento también tiene en marcha varios planes que hacen un trabajo preventivo. Son el Plan de Vecindad del Distrito y el Plan de Choque de Drogas del barrio del Raval.
En la Barceloneta, más delincuencia
A la inseguridad ya conocida de los barrios del Arrabal y el Gótico se ha añadido este verano la Barceloneta que, a través de tres manifestaciones durante el mes de agosto, ha protestado por el aumento de la delincuencia, de los robos y del tráfico de drogas en pequeñas cantidades.
En este lugar se ha reforzado la presencia de la Guardia Urbana, se ha mejorado la coordinación con la comisaría de los Mossos d'Esquadra y se ha pedido en la conselleria de interior que esté "encima" de las denuncias de los vecinos. Según datos municipales, este año se han cerrado 6 narcopisos.