El pequeño Oliver ya está más cerca de poder deshacerse del tumor cerebral que le impide hacer vida normal. El niño de dos años y medio, que llegó este miércoles en Barcelona desde México, se someterá el viernes a una primera operación en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, un primer paso para prepararlo para una segunda intervención, previsiblemente a finales de la próxima semana, en la cual se le extirpará el tumor. Según ha informado el hospital, esta primera cirugía servirá para tratar la hidrocefalia —acumulación de líquido en el cerebro— que le provoca un aumento de la presión intracraneal.
Una operación previa a la extirpación del tumor
El niño llegó al aeropuerto del Prat en un avión medicalizado desde Cancun (México) después de muchas trabas burocráticas y gracias a la donación de una persona anónima, que se hizo cargo de los gastos del traslado. Desde el aeropuerto fue trasladado al hospital infantil Sant Joan de Déu, centro puntero que tratará el pequeño de dos años después de que el hospital mexicano rechazara operarlo por la dificultad del caso. Según informa Sant Joan de Déu, en las últimas horas han examinado a Oliver y le han hecho las pruebas pertinentes para comprobar la información del diagnóstico realizado en México. Han explicado que lo están tratando con corticoides, rehidratación y nutrición para reducir "la extrema fragilidad" que presentaba cuando ingresó.
Después de haber comprobado el diagnóstico, los neurocirujanos harán una primera operación a Oliver para implantarle "una válvula de derivación ventricular peritoneal" con el fin de tratar la hidrocefalia que sufre y que le provoca un aumento de la presión craneal. Una vez se reduzca la hipertensión craneal y cuando las condiciones de Oliver mejoren, se someterá a una segunda intervención para extirparle, parcial o totalmente, el gran tumor que tiene en el cerebro. Según han indicado desde el hospital, se prevé que la segunda operación sea a finales de la semana próxima, aunque dependerá de la recuperación del menor. Una vez superadas las dos intervenciones, se analizará el tumor para poder proporcionar al pequeño el tratamiento oncológico más adecuado.
Los padres del Oliver, Alejandro y Lena, recibieron una terrible noticia hace poco más de dos semanas. Habían observado que su hijo, de tan solo dos años y medio, mostraba signos de debilidad y tenía graves dificultades para andar, comer o hablar. Un cuadro que respondía a la presencia de un tumor muy agresivo y de grandes dimensiones en el cerebro. Aunque la razón por la cual perdía funciones cognitivas, tiene más que ver con la hidrocefalia y el consiguiente aumento de presión sobre el cerebro. En el hospital mexicano donde recibió el diagnóstico le pronosticaban seis meses de vida si le conseguían extraer el tumor, pero ningún médico se quiso hacer responsable porque no podían asegurar el éxito de la operación. La dificultad se encuentra en el hecho de que el tumor se encuentra muy cerca del tronco encefálico, de manera que una extirpación completa es bastante difícil.