Cumplir toda una condena sin permisos ni progresión en medio abierto es uno de los factores principales para que la persona vuelva a cometer un nuevo delito. Así lo sostiene un estudio sobre la tasa de reincidencia penitencia en Catalunya, que este viernes ha presentado la consellera de Justicia, Gemma Ubasart. En esta 5.ª edición del estudio se ha analizado a 3.814 personas que quedaron en libertad el año 2015 en las prisiones catalanas y pasados cinco años, el año 2020, han vuelto a delinquir y han entrado en la prisión unas 800, es decir, un 21% (porcentaje donde se cuenta también si vuelven a la prisión para cumplir una condena anterior a la del 2015). Se afirma que 8 de cada 10 personas excarceladas en el 2015 no vuelve a ingresar en la prisión. En el estudio, realizado por el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (CEJFE) del Departament de Justicia, se ha calculado que diferentes perfiles de delincuentes (de delitos graves y menores) que han pasado el final de la condena sin permisos reinciden en un 26%, cifra que baja doce puntos, con los mismos perfiles con el cumplimiento de la condena en medio abierto (14%).
La consellera de Justicia ha afirmado que estos resultados "avalan el modelo penitenciario catalán, que se basa en la rehabilitación y reinserción, siguiendo el mandato de la Constitución y con la mirada más garantista". Gemma Ubasart ha manifestado: "Se ha demostrado que menos tiempo en la prisión implica menos delitos", a más de destacar que las cifras también "desmienten que las personas extranjeras cometen más delitos; es un discurso xenófobo y de origen no probado", y "se ha roto el mito de delitos concretos: los delincuentes sexuales reinciden un 5%". Por eso, la consellera ha asegurado que se marcan el reto que en los próximos 4 años el régimen de Medio Abierto, pase del 20 al 30% en las personas condenadas, y ha apostado por seguir el modelo de Justicia Juvenil, donde solo el 10% de los autores de delitos están cerrados.
El secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima, Amand Calderó, ha destacado que "la reinserción de las personas es también política de seguridad", ha agradecido la tarea que hacen los profesionales y las entidades de la Mesa de Participación Social en los centros penitenciarios, además de asegurar que los funcionarios de servicio interno de las prisiones "son una valía y no solo hacen vigilancia". Recientemente, Justicia ha acordado con los sindicatos de prisiones ampliar la plantilla en unas 300 personas, así como revisar los planes de formación y seguridad ante una minoría de reclusos muy violentos, algunos de los cuales con problemas graves de salud mental.
Unos 80 reclusos, delincuentes multirreincidentes
El responsable de investigación del CEJFE, Manel Capdevila, ha afirmado que hay "multifactores" para que la persona vuelva a delinquir o haga un desistimiento completo. De los resultados, les ha sorprendido que los delincuentes de violencia de género vuelven a reincidir después de pasar tres años en libertad (en la mayoría el riesgo está en el primer año), y que hay que hacer un mayor seguimiento. Con respecto a los delitos, los que más reinciden son los relacionados con delitos contra la propiedad no violentos (38,4%), seguidos por los delitos contra la propiedad violentos (27,4%), los de violencia de género (17,7%), contra las personas (16%) y los relacionados contra la libertad sexual, se sitúan en una franja baja 5,3%, especialmente el relacionado con los abusos en el entorno de la familia. Una cifra destacada también es que unos 80 reclusos acumulan el 80% de los nuevos delitos cometidos (unas 2.769 reincidencias).
En este sentido, Capdevila ha indicado que se podría introducir una medida de seguridad como la libertad vigilada en los casos de multirreincidentes por delitos contra el patrimonio, I que los jueces "hagan una aplicación real y efectiva del agravante de reincidencia" como recoge la nueva ley 9/2022 para los casos de reincidentes.
Aparte de los delitos, lo que marca más la reincidencia es la forma de que la persona ha cumplido la condena. El estudio precisa que un 58% de las personas que han cumplido la pena sin salidas ni progresión (1.º grado) vuelven a delinquir, seguidas por los reclusos sin clasificar (39%), mientras que en semilibertad directa (3.º grado), la reincidencia disminuye hasta el 10%. Y se concluye que "las salidas escalonadas de prisión y la progresión en la reducción del control se han mostrado los mejores indicadores de la reducción de la reincidencia, sobre todo si se incluye la libertad condicional". Así, el perfil del recluso más reincidente es el que ha cumplido la condena sin permisos y cerrado y comete delitos contra la propiedad.
La revisión en los tratamientos
Capdevila ha destacado que la evolución de los tratamientos de las personas reclusas ha favorecido que en 12 años se haya rebajado la tasa de reincidencia: del 38% en 1992 al 21% en el 2020. El investigador también ha precisado que ahora se utiliza el modelo de gestión del riesgo llamado RNR (Riesgo, necesidad y responsivitat), donde se interviene los problemas concretos de la persona, y ha puesto el ejemplo de un infractor de tráfico que tiene un problema de alcoholismo y que primero hay que trabajar esta adicción antes de hacer un programa específico sobre el delito cometido.