Una embarcación pesquera de El Port de la Selva ha protagonizado una de las imágenes del día, la de un enorme tiburón peregrino de más de siete metros que han capturado de manera accidental y que han desembarcado en las instalaciones portuarias, frente a Club Nàutic. El ejemplar lo han pescado en alta mar, pero ha sido una captura accidental y, según ha explicado a la alcaldesa de El Port de la Selva, Lídia Ferrer, se ha producido cuando el animal se ha enredado en una de las redes del barco y ha acabado muriendo. Los pescadores han decidido llevar el tiburón muerto al puerto de la localidad ampurdanesa, hasta donde se han desplazado miembros de los Agentes Rurales y voluntarios del CRAM, que han tomado muestras para analizarlo y obtener información de esta especie protegida.

 

El tamaño del ejemplar capturado ha impresionado a las personas presentes en el puerto en el momento del desembarque del ejemplar, pero el tiburón peregrino se trata de una especie inofensiva y catalogada como vulnerable, que se alimenta de zooplancton y peces pequeños y algunos invertebrados, que filtra a través de sus branquias. Este tipo de tiburones tiene las mandíbulas muy grandes, pero tiene unos dientes diminutos que no están diseñados para cazar presas grandes, por lo que se alimenta por filtración, y no es peligroso para las personas, aunque puede causar daños si se le molesta accidentalmente. El peregrino capturado mide más de siete metros y pesa una tonelada y ha tenido que ser sacado del agua con ayuda de una grúa. De hecho, esta especie es el pez de mayor tamaño del mar Mediterráneo y el segundo mayor del mundo, solo por detrás del tiburón ballena. . Igual que otras especies de tiburones de grandes dimensiones, los peregrinos están en peligro de extinción por su baja capacidad de recuperación y suelen ser víctimas de la sobrepesca. Los tiburones peregrinos suelen medir entre seis y ocho metros, aunque en ocasiones se han detectado ejemplares de más de 12 metros, y puede llegar a pesar hasta cuatro toneladas.

El tiburón peregrino es una especie que puede encontrarse en estas aguas porque suele nadar en zonas templadas y frías, entre los 8 y los 14 grados. Es común verlos cerca de las costas, especialmente en bahías y puertos, donde busca concentraciones de plancton, y su presencia es más frecuente entre abril y octubre, debido a la proliferación de este plancton. En los últimos años, se han producido otras capturas de estos ejemplares en aguas de la Costa Brava. En el 2018, un barco de arrastre del puerto de Llançà capturó a un tiburón peregrino que también medía entre seis y siete metros de largo y cinco toneladas de peso, y años antes también se pescó otro tiburón que medía casi el doble en la misma zona.