La crisis energética derivada de la invasión rusa a Ucrania ha acelerado el proceso de transición energética de muchos Estados que han visto que su dependencia en los combustibles fósiles les hacían dependientes de Moscú. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), ha expuesto que en este contexto el mundo podría alcanzar en el 2025 el pico de emisiones de CO₂. Un dato a priori positivo dentro de la gravedad, pero que no sirve para asumir el objetivo de calentamiento global mínimo pactado a los acuerdos de París. Concretamente, el informe de la AIE apunta que se superará en un grado el objetivo de acabar el siglo con un aumento de temperatura de 1,5 °C.
La entidad ha afirmado que las últimas políticas, después de la invasión rusa de Ucrania, ha podido poner por primera vez plazos en el techo en el uso de cada uno de los combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas. La misma AIE reconoce que a primera vista puede parecer que el carbón está viviendo una nueva edad de oro como alternativa al gas, cuyos precios se han disparado sobre todo en Europa, en realidad es un efecto de corta duración porque a medio plazo seguirá siendo reemplazado por las renovables y la energía nuclear para generar electricidad.
Una reducción lenta de los combustibles fósiles
En conjunto, eso significa que la utilización de los combustibles fósiles disminuirá a un ritmo lento, equivaliendo a un millón de barriles diarios cada año hasta el 2050. Teniendo en cuenta el incremento de las renovables, el peso relativo de los combustibles fósiles en el mercado energético pasará de los alrededores del 80% actualmente (un nivel relativamente estable desde hace décadas) hasta poco más del 60% a mediados de siglo.
Los autores del estudio destacan que estas nuevas proyecciones para la demanda de combustibles fósiles al horizonte del 2040 están un 20% por debajo del cual l'AIE había amado|estimado en el 2015, justo antes de que se firmaran los Acuerdos de París que fijaron el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados.
Efectos sobre la salud
El cambio climático provocado por la dependencia de los combustibles fósiles es uno amenaza para la salud global, pero en especial en los países mediterráneos. Catalunya está entre los territorios que el estudio Countdown on Health and Climate Change, elaborado por la revista científica Lancet, señala como los más afectados por el cambio climático, en concreto por los efectos de este sobre la salud de su ciudadanía. Los investigadores de Lancet han establecido una clara relación entre el avance del calentamiento global producido por el consumo masivo y desmesurado de combustibles fósiles, con el aumento de muertos y el empeoramiento de salud por todo el mundo. No se trata de una predicción futura, sino de algo que ya está sucediendo. Crece la mortalidad por culpa del cambio climático. "La crisis climática nos está matando", ha sentenciado Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, después de la publicación de este estudio.