Numerosos pinos muertos o alcornoques que han secado y perdido parte de las hojas forman parte de los paisajes forestales de comarcas como la Selva, Osona, el Baix y el Alt Empordà o el Gironès, algunas de las zonas del país los bosques de las cuales han tenido una afectación mayor a causa de la grave sequía que ha golpeado Catalunya durante los últimos tres años. En suma, la sequía ha afectado a 66.500 hectáreas de bosques por todo el territorio catalán a lo largo del 2023, según apunta un estudio elaborado por el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) en colaboración con el cuerpo de Agents Rurals.

La estimación corresponde a la edición del año pasado del proyecto Deboscat, que se lleva a cabo anualmente desde hace doce años y que sirve para ofrecer una radiografía esmerada del estado de salud de los bosques de Catalunya. Si este estudio señalaba que en el 2022 había 33.000 hectáreas afectadas por la falta de agua, en el 2023 la cifra se duplica. El estudio se elabora con la ayuda del cuerpo de Agents Rurals, que a lo largo del año y especialmente en septiembre, después del verano, detecta zonas de árboles muertos o afectados por la sequía por todo el territorio.

Según ha explicado este miércoles en declaraciones a los medios la investigadora del CREAF Miereia Banqué, algunas especies como los robles, las encinas, los alcornoques o las hayas, todas planifólias, tienen la capacidad de poder rebrotar y recuperarse; y, de hecho, ya lo empiezan a hacer gracias a las últimas lluvias que ha habido durante en abril y en mayo. Si bien las especies coníferas, como el pino o el abeto, han sufrido una mayor mortalidad por "el estrés sostenido" a causa de la falta de agua; como se ha constatado con el pino encarnado de Osona o el Moianès. "Es preocupante. Nunca habíamos tenido tanta superficie de bosques afectados por decaimiento, sufriendo", ha valorado Banqué. Sin embargo, la científica ha alertado que en el ámbito global de ecosistema, lo que puede pasar es una "transición", es decir, que especies como el pino rojo cada vez estarán más incómodas aquí y es "muy probable" que progresivamente vayan a menos y sean sustituidas por otras especies más resistentes.

5,2 millones de euros para ayudas a la limpieza de fincas forestales

Por su parte, la directora general de Boscos i Gestió del Medi, Anna Sanitjas, ha avisado que la cantidad de árboles "estresados" y, por lo tanto, "susceptibles de sufrir plagas y enfermedades", dispara el riesgo de incendio, especialmente de cara al verano si se dan las previsibles altas temperaturas y ambiente seco. "Tenemos muy combustible", ha apuntado Sanitjas, en referencia a la masa de árboles muertos o enfermos. Con el fin de retirar esta masa boscosa muerta, el Departament d’Acció Climàtica ha abierto una línea de ayudas con un presupuesto total de 5,2 millones de euros. Está enfocada a los propietarios privados de bosques que tengan una afectación de un mínimo del 15% por la sequía. Cuanta más afectación tengan, más prioridad se dará en las ayudas. Eso sí, hará falta que haya una superficie mínima de 3 hectáreas afectadas, para que la reparación tenga un "impacto" en la prevención de incendios. Los propietarios recibirán un máximo de 2.500 euros por hectárea limpiada.