Girona dice basta. La ciudad hace años que se ve atrapada por el turismo, pero en los últimos tiempos el fenómeno ha ido en auge. Hasta el punto que los vecinos consideran que la situación se ha vuelto ya insostenible y que se ha llegado al "límite". Es por eso que varias asociaciones vecinales preocupadas por las consecuencias negativas de esta realidad se han unido para crear la 'Plataforma para el decrecimiento turístico Girona'. Frente a "la masificación y la gentrificación" que sufre la ciudad, la entidad busca sumar adhesiones y presionar las administraciones para que adopten medidas urgentes.
Durante la presentación, que se ha hecho este jueves, también se ha compartido un manifiesto titulado 'Por una Girona viva de barrios, personas y comercio local'. La plataforma asegura que "ya hace años que Girona se ha convertido en una ciudad-escaparate para el turismo, las ferias y los festivales," cosa que ha sido "una sentencia de muerte para sus barrios y las que los habitan", mientras que solo ha beneficiado "el negocio de unos pocos". El fenómeno turístico —el cual se ha dado, en parte, por la promoción de la ciudad como "meca del ciclismo"— ha ido acompañado de la llegada "en masa" de los conocidos como expats, que son aquellos residentes que llegan de países más ricos para vivir allí, pero a menudo siguen trabajando en el país de origen y no se integran en el lugar de acogida. Es por eso que ciertas zonas de la ciudad "se han convertido en zonas-gueto totalmente elitistas y de espalda a las necesidades básicas de las personas".
El manifiesto remarca también que este fenómeno no ha aportado riqueza para las clases populares, sino que "inflación, precarización laboral, dificultad de acceso a la vivienda, restricciones de agua y cierre de pequeños comercios", así como la destrucción de las culturas locales y el menosprecio de la lengua. Frente a unas políticas como la limitación de los precios de los alquileres o el tope municipal de los pisos turísticos que no han funcionado o han llegado "tarde", la plataforma reclama al Ayuntamiento de Girona y al resto de administraciones que "abandonen la política de barra libre al turismo, apuesten por un decrecimiento de este sector y empiecen a plantear un cambio de modelo económico". Entre otras medidas, proponen hacer inspecciones para detectar alojamientos ilegales o iniciar un censo de expats que viven en la ciudad, además limitar las licencias hoteleras y a establecimientos de cicloturismo e incrementar la fiscalidad sobre el sector. "Como territorio, estamos al límite. Como ciudadanas, no podemos más", concluyen.
Pintadas contra las tiendas de bicicletas
Uno de los ejemplos más nítidos de esta masificación turística se ha dado por el fenómeno del cicloturismo. Ante las numerosas aperturas de establecimientos destinados a fomentar este servicio y la presencia descontrolada de bicis a Girona, vecinos han empezado a mostrar su rechazo con pintadas y grafitis de 'Tourists go hombre' y mensajes similares a las paredes exteriores y a los escaparates de las tiendas. El sector turístico empresarial de la ciudad ya ha mostrado su indignación por esta práctica, lamentando que pueda causar daños y perjudicar la imagen" de Girona, y respondiendo que hay un "incivismo descontrolado contra el turismo". Por su parte, el alcalde de Girona, Lluc Salellas, también ha lamentado las pintadas, afirmando que la crítica se tiene que hacer "de manera constructiva", y ha anunciado un plan de acción para encontrar "el equilibrio" entre los negocios y los vecinos.