Platja d'Aro, uno de los municipios turísticos más atractivos de la Costa Brava, por su oferta hotelera, de comercio, ocio diurno, ocio nocturno y de restauración, para acoger celebraciones multitudinarias, como las despedidas de soltero o soltera, que muy a menudo atraviesan la línea del incivismo y se convierten en un problema por las molestias que causa a la población. Es por eso que el Ayuntamiento de Castell-Platja d'Aro ha aprobado inicialmente una ordenanza de Civismo y Convivencia Ciudadana que quiere regular esta actividad y que quiere acabar con las despedidas de soltero o celebraciones en las cuales se utilicen muñecos o disfraces de carácter sexual, donde los participantes se paseen en ropa interior o que generen ruidos o molestias a los otros usuarios de la vía pública, según publica el Diari de Girona. El municipio de la Costa Brava, que puede acoger hasta 140.000 personas en un solo día durante la temporada de verano, tenía una población de 12.533 habitantes en 2023, y ha experimentado un aumento de habitantes muy significativo entre 2020 y el año pasado (un 13,93%).
Apoyo de todos los grupos municipales
La medida adoptada en el plenario municipal de Castell-Platja d'Aro, que cuenta con un gobierno que encabeza el PSC, con el alcalde Maurici Jiménez, en coalición con Junts, contó con el apoyo de los partidos de la oposición, pero esperan que esta ampliación de la ordenanza de civismo se haga cumplir. De momento, el Ayuntamiento reforzará la plantilla de la Policía Local con 12 efectivos interinos durante la campaña de verano, según informó el alcalde, de que después del plenario en que se aprobó la medida, argumentó que "no se trata de prohibir las despedidas de soltero, porque normativamente no podemos. Lo que podemos prohibir, regular y sancionar son las actitudes que provoquen desavenencias en la convivencia del espacio público, como los disfraces sexuales o el exceso de ruido". Esta normativa condicionará los despidos que organizan muchas empresas especializadas, y que tienen que operar con una licencia de actividad.
Contra el turismo de 'borrachera'
De esta manera, Platja d'Aro se suma a la cruzada contra este tipo de actividades incívicas que aprobó Tossa de Mar desde hace años. Ya en 2009, el municipio de la Selva aprobó una ordenanza de civismo y convivencia ciudadana que prohibía que los despidos fueran ruidosos, que implicaran disturbios, gritos, cantos, silbatos etc., que pudieran molestar a los vecinos, aplicando sanciones económicas que iban desde los 200 hasta los 600 euros. También Lloret de Mar ha expresado su voluntad de prohibir las despedidas de soltero que perturben la tranquilidad y la paz de los vecinos, y provoquen una mala imagen del municipio.
Pero la lucha por controlar estas despedidas de soltero más tradicionales también se ha extendido a otras ciudades del Estado español. Sevilla, Málaga, Granada, Logroño, León o Salamanca son algunas ciudades que también han modificado sus ordenanzas municipales para tratar de limitar estas despedidas de soltero después de recibir numerosas quejas de sus vecinos. Desde el control del ruido en medidas como prohibir ir por la calle con complementos con forma de genitales a la cabeza, con muñecas de carácter sexual o con ropa interior, o ir con megáfonos por la calle. Muchos locales de estas ciudades también han colocado carteles en sus puertas en las cuales advierten que prohíben el acceso a estos grupos, para garantizar el buen ambiente en sus establecimientos y limitar el acceso a este tipo de turismo, que consideran "de borrachera".