Del patrimonio natural de Mallorca destacan sus kilómetros de playas y calas, que la actividad humana y la masificación turística han desgastado en los últimos años. Sin embargo, la situación todavía puede ir a peor. Según explica Biel Jordà, investigador científico del Centro Oceanográfico de las Baleares, a elDiario.es, "el cambio climático provocará la pérdida permanente del 56% de la superficie de la playa". Esta previsión es solo de un escenario intermedio, no del peor de los casos.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de las 867 playas que hay entre Mallorca y Cabrera, en el peor de los escenarios, desaparecerán definitivamente 72. Además, 314 se inundarían completamente en varias ocasiones a lo largo del año. El 65% de la superficie de las playas se empantanaría, llegando hasta el 86% en condiciones climáticas extremas.

El gran problema que tendrá que afrontar la costa mallorquina es la subida del nivel del mar. El Centro Oceanográfico de las Baleares apunta que si la emisión de gases de efecto invernadero continúa en la misma tendencia que la actualidad, "a finales de siglo el mar habrá subido en esta zona entre 60 y 70 centímetros". Jordà apunta que si actualmente hubiera una reducción drástica de las emisiones, "nos quedaríamos entre 30 y 40 centímetros" de aumento. Es con este escenario optimista donde se perdería el 56% de la superficie de la playa.

El Mediterráneo hierve

La zona del mar Mediterráneo es una de las más afectadas por el cambio climático por todo el mundo. Este verano se ha notado especialmente la vulnerabilidad de esta zona a los efectos del calentamiento global, ya que se han batido todos los récords de la temperatura del agua. El pasado 12 de agosto se llegó al récord de la temperatura del agua en territorio del Estado con 31,87 °C. En el resto del mar, también se alcanzó una temperatura media récord: 28 °C.

Cuando se confirmó este dato hace más de un mes, Samuel Biener, meteorólogo de Meteored, en declaraciones en El Español, afirmó: "Los meses de verano, [el Mediterráneo] se ha convertido prácticamente en un mar tropical. (...) Las últimas semanas se están registrando temperaturas más altas que en algunos sectores del Caribe, una cosa impensable hace pocos años". No solo el agua está a temperaturas caribeñas, sino que el cambio climático en la zona también se nota en las olas de calor o los mega incendios. Este verano una de las principales víctimas de estos ha vuelto a ser Grecia.