A veces, la vida nos lleva a forzar nuestros horarios de sueño. Sea por una larga jornada laboral, para conciliar o para disfrutar una pizca más de los reducidos espacios de ocio que se pueden tener en la ajetreada normalidad de la rutina. En estas situaciones a menudo un pensamiento nos invade: ya lo recuperaré a los fines de semana. ¿Sin embargo, es tan fácil recuperar las horas perdidas de sueño o es un mantra que nos imponemos?

La verdad es que no podemos recuperar el sueño perdido durante la semana, según recoge elDiario.es. Hay dos motivos fundamentales. Uno es simplemente matemático. Por ejemplo, hacemos ver que durante la semana hemos dormido una hora menos cada día de las 7 que serían correctas. Cuando llegue el sábado y el domingo tendremos que dormir 7 horas más las 5 acumuladas, en el mejor de los casos, ya que hace falta tener en cuenta que la mayoría de los casos la acumulación de horas de sueño perdido es muy mayor.

Por otra parte, si has dormido mal durante la semana, el mal ya está hecho y a veces no se puede revertir. Si hace mucho tiempo que acumulas falta de sol, los efectos sobre tu salud van más allá del cansancio. Por ejemplo, tus niveles de cortisol o el aumento de peso ligado al dormir mal no desaparecen aunque hibernes un fin de semana.

¿Qué puedo hacer para dormir mejor?

Actualmente, según un estudio de la Universidad de Murcia, los ciudadanos españoles duermen por término medio poco más de 6 horas al día, una marca muy por debajo de las 7 recomendadas. Cada vez más personas tienen dificultad para dormir y afrontarse a la hora de cerrar los ojos y descansar, acaba generándoles ansiedad, que todavía les dificulta más dormir. Todo este círculo vicioso puede ser una tortura. Sin embargo, hay formas para romper este círculo y facilitar un buen descanso.

Además de intentar tener horarios de sueño bien marcados, invertir en un buen colchón o evitar la cafeína y el alcohol antes de ir a dormir, se pueden hacer servir técnicas concretas. Por ejemplo, si sufres de ansiedad, puede probar con la técnica 4-7-8, un ejercicio de relajación que implica respirar durante cuatro segundos y aguantar esta respiración siete segundos y después exhalar durante 8 segundos. Se trata de un ejercicio recomienda por varios expertos que puede acabar siendo de gran utilidad.

El método no requiere ninguna preparación específica, pero sí que recomiendan sentarse con la espalda recta y realizar las respiraciones en un lugar tranquilo. Cuando ya se tenga el hábito adquirido, el mismo ejercicio se puede hacer estirado en la cama. Mientras se practica hace falta que la punta de la lengua detrás de los dientes frontales superiores y exhalar por la boca.