El policía que murió carbonizado habría descubierto que su pareja tenía un amante y lo habría amenazado de hacer público que los dos estuvieron directamente implicados en la muerte del mantero que murió en Montjuïc en el 2014. Este habría sido el móvil del crimen y es la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores, según han explicado a El Nacional fuentes próximas al caso.
La muerte del mantero se acabó archivando porque no se pudo demostrar que los agentes fueron los responsables de su muerte. El mantero se cayó por un acantilado al huir de un dispositivo de la Urbana en Montjuïc. Según la investigación, el mantero se cayó accidentalmente. Durante la discusión con la policía, el mantero agredió con un cuchillo a Rosa Peral causándole una corte en la pierna. Ella y el otro detenido por el caso del policía carbonizado, Alberto López, fueron los dos policías que estaban al lado del mantero cuando cayó. No hay testigos ni ninguna grabación del momento de la caída, pero se sospecha que el mantero no se cayó accidentalmente, sino que lo empujaron.
El caso está cerrado y ahora se podría reabrir si la jueza que investiga el crimen del policía carbonizado o la Guardia Urbana lo piden.
La policía investiga también si habría otros casos donde los dos policías estarían implicados en los que la víctima les habría hecho chantaje y si afecta a otros agentes de la Guardia Urbana.
El detenido, Alberto López, fue condenado por una falta de lesiones en el 2013 por un juzgado de Barcelona a una multa de 300 euros y a una indemnización de 600 euros por una falta de lesiones por agredir a otro mantero, de origen senegalés, en un dispositivo de la Urbana contra la venta ambulante.
Frialdad impertérrita
Rosa Peral y Alberto López han dormido ya esta noche en la prisión. La jueza de Vilanova lo decidió ayer después de escuchar sus declaraciones. Respondieron a todas las partes pero negaron los hechos. De hecho, Alberto negó estar directamente implicado en la muerte material del policía Pedro Rodríguez.
Tanto en los interrogatorios policiales de ayer ante la jueza com en el comportamiento de los dos sospechosos los días posteriores al crimen, los dos detenidos muestran una frialdad impresionante. Desde la comida donde fueron juntos el mismo día en que se encontró el cuerpo, horas antes de prender fuego al coche, hasta los movimientos, la actitud y los comentarios que hicieron los dos a sus amigos y al mismo abogado que defendía a Rosa Peral en el caso de pornovenganza, en ningún momento han mostrado ningún tipo de debilidad.
Ella fue al funeral de su compañero, pretendía asistir al juicio del caso de pornovenganza y días después del crimen se cambió la foto de Facebook y puso una imagen con la víctima.
Él se rapó todo para no dejar rastro y para que ningún pelo se mezclara con el cuerpo del muerto, bromeó con un amigo diciendo que había sido él el asesino, y con una amiga diciéndole cómo lo tenía que hacer para deshacerse de un cadáver.
Flecos de la investigación
Aparte de definir el móvil del crimen y como mataron a Pedro Rodríguez, quién lo hizo exactamente y si hay más personas implicadas, hay otras pistas que falta todavía por confirmar y ligar sobre la mesa.
Como el hecho de que los dos detenidos pensaron en alquilar una furgoneta para trasladar el cuerpo pero que finalmente se desdijeron y acabaron llevando el cadáver con el coche de la misma víctima para luego prenderle fuego.
¿Cuándo lo mataron? ¿Antes de la comida con sus colegas o después? Lo que está claro es que lo quemaron alrededor de las 18 h, que es cuando recibieron el aviso los Mossos. La comida la hicieron en Barcelona y el vehículo lo encontraron en el pantano de Foix.
El otro punto por confirmar es si los geolocalizadores de los móviles de los agentes les delataron. Algunas fuentes apuntan que la aplicación de runners, Runastic, que tenían descargada en el móvil, tenía una ruta marcada que llevaba justo donde se encontró el vehículo. Lo que no está claro es si la ruta la hicieron antes o el mismo 4 de mayo, que es cuando se encontró el cuerpo. La zona no era desconocida para ellos. Rosa Peral vive sólo a 8 km de donde se encontró el cuerpo.