La Policía Nacional ha creado este fin de semana un caos sin precedentes en el aeropuerto de Barcelona, con tres días de colapso por las largas colas en el control de aduanas. La falta de efectivos suficientes en las aduanas en el puente del Primero de Mayo, a pesar del incremento notable del tráfico aéreo, y cuando se ha extendido el control de pasaportes y DNI a los usuarios por razones de seguridad, ha puesto de manifiesto que la Delegación del Gobierno español no ha preparado con suficiente intensidad el operativo.
La situación de colapso en el aeropuerto, que no se ha podido empezar a normalizar hasta pasadas las 15.00 horas del domingo, ha incluido momentos de tensión, e incluso broncas de los usuarios. Algunas colas han durado hasta tres horas, y algunos vuelos han salido con retrasos de más de una hora y media, mientras que otros han tenido que ser reprogramados. La mala gestión de las autoridades ha sido tan evidente que ha provocado un enfrentamiento público entre los diversos organismos del Estado implicados en el aeropuerto, en un episodio también sin precedentes. La Policía Nacional y Aena, el ente estatal que gestiona el aeropuerto, se han lanzado las culpas mútuamente por lo que es un error flagrante de gestión.
Mientras que la Policía Nacional, en declaraciones difundidas por la agencia Efe, se sacaba las culpas de encima indicando que el aeropuerto no les informó de un "alud de vuelos" para el sábado y domingo, Aena no ha dudado en culpar incluso por Twitter a la policía española y al Ministerio del Interior de lo que ha sucedido en este puente, mientras indirectamente les reprochaba no destinar los suficientes efectivos. Y las fuentes policiales citadas por la agencia estatal afirmaban por su parte que las largas colas se pueden volver a producir "si no hay más coordinación y con tiempo".
La situación de desbarajuste que se ha creado contrasta con el silencio que ha mantenido este fin de semana el delegado del Gobierno español en Catalunya, Enric Millo, de quien dependen las fuerzas de seguridad del Estado en el Principat y la coordinación de las diversas infraestructuras estatales. Este fin de semana solo ha escrito un tuit, y no para aclarar lo que ha sucedido en el aeropuerto, sino para felicitar la victoria del tenista Rafel Nadal en el Open Banco Sabadell.
Millo también ha concedido una entrevista a la agencia Europa Press, pero no para abordar la situación en el recinto aeroportuario.
Uno de los desencadenantes del caos en el aeropuerto es el cambio de normativa para moverse por el espacio Schengen y la falta de personal suficiente para atenderlo. Esta normativa entró en vigor el 7 de abril pasado y afecta a los pasajeros europeos, que tienen que enseñar el DNI o el pasaporte en la zona de aduanas a la hora de entrar o salir de territorio Schengen. Una medida en los controles de entrada y salida que las autoridades han tomado para reforzar la lucha antiterrorista.
Ante la situación caótica que se ha vivido este fin de semana, varios pasajeros han utilizado Twitter como altavoz para mostrar el malestar por unas colas que les impedían tomar el avión. En las publicaciones en Twitter, los usuarios se han quejado de la falta de información de las autoridades y sobre todo del mal funcionamiento, ya que de las 4 cabinas que hay disponibles para realizar el control de pasaportes, solo funcionaba una.
Las aglomeraciones en el aeropuerto de El Prat se iniciaron el viernes cuando algunos pasajeros ya se quejaron de las largas colas en la zona de aduanas. Unas colas que provocaron que algunos vuelos salieran con retraso y que otros lo hicieran prácticamente vacíos, porque el pasaje estaba atascado en el recinto aeroportuario.
Ayer sábado, una pasajera que había llegado al aeropuerto de El Prat proveniente de Edimburgo declaró a El Nacional que había tenido que esperar "una hora y media en el control de pasaportes" y añadía que "todo era un caos porque no sabía dónde tenía que formar la cola, porque había mucha gente amontonada, incluso antes de empezar la cinta que marca la cola". Además, destacaba que no se les había dado "ninguna información" del porqué de las aglomeraciones y que la única respuesta que habían recibido de las autoridades era que "vigilaran las maletas".