La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene un nuevo augurio, la nueva ola de calor puede ir acompañada de polvo en suspensión proveniente del desierto del Sáhara, conocida como calima. Los episodios de calima son cada vez más frecuentes, aunque han sido relativamente habituales en las épocas estivales en algunas partes del Estado español. "Hay varios estudios que apuntan que la calima y las lluvias de sangre están aumentando en España, sobre todo en el sureste peninsular y en las Baleares," ha afirmado a El Confidencial Samuel Biener, climatólogo de Meteored. Sin embargo, ¿por qué pasa eso? Y, ¿es peligroso para la salud?
Biener ha apuntado por qué pasa cada vez con más frecuencia: "La circulación atmosférica ha cambiado en las últimas décadas, cosa que se traduce en un chorro polar más ondulado que hace que nos afecten de forma más recurrente importantes ascensos de aire cálido, que se transporta desde latitudes bajas hasta latitudes más altas". Es decir, el cambio de temperaturas en la atmósfera por el cambio climático arrastra consigo consecuencias sobre las corrientes de aire.
¿Qué impacto tiene en la salud?
Las principales afectadas por los episodios de calima son las personas con problemas respiratorios o cardiovasculares. Si bien siempre han sido personas vulnerables a estos episodios meteorológicos, los hechos que se den con más frecuencia todavía las pone en mayor riesgo. Así lo remarca Biener: "Puede ser preocupante, o al menos motivo de atención para aquellos que pueden tener complicaciones ante concentraciones muy altas de polos en suspensión. Y si los episodios de este tipo son cada vez más frecuentes y persistentes, tenemos un problema de salud pública".
No solo las personas vulnerables se pueden ver afectadas por la calima cada vez más frecuente. Este fenómeno meteorológico implica un deterioro de la calidad del aire, un impacto medioambiental, así como contra algunas actividades económicas.
Contra lo que se pueda creer popularmente, las calimas no se pueden esperar solo en verano, últimamente se han dado episodios muy significativos en pleno invierno, por ejemplo, cuando la sierra de Guadarrama, en Madrid, quedó cubierta de nieve y polvo del Sáhara. Sin embargo, no hay que ir tan lejos para esperar ver los efectos de la calima, ya que en los próximos días en la península empieza una nueva ola de calor y en algunas zonas puede ir acompañada de calimas en varios puntos del Estado español. La gravedad de esta, en principio, no se prevé de gran importancia.