Hace un año de la huelga de médicos. Pero 365 días después los de la primaria han notado pocos cambios. El director del Institut Català de la Salut, Josep Maria Argimon, ha explicado esta semana que se han mejorado algunos aspectos y que se está trabajando para acabar de aplicar el resto de mejoras. Precisamente desde el ICS constatan que se han incorporado 307 profesionales de medicina de familia y que eso equivale a 11.500 horas más de atención primaria cada semana. Además, también detallan que se han puesto a disposición de la atención primaria 22 millones de euros para cubrir sustituciones.
Ahora bien, desde Metges de Catalunya han denunciado esta semana el ICS ante Inspección del Trabajo por no reducir la sobrecarga asistencial en la atención primaria. El sindicato recuerda que la sobrecarga laboral crónica "es un actor de riesgo psicosocial que afecta a la salud de los profesionales, provocando agotamiento físico y mental, estrés emocional y depresión y, en consecuencia se asocia a una mayor probabilidad de error médico", detallaban a través de un comunicado. De hecho, una encuesta hecha por MC a 1.260 facultativos de atención primaria del ICS constata que un 96% desde profesionales sigue sufriendo sobrecarga asistencial, aunque un 45% confiesa tener menos que hace un año. Sólo un 4% manifiesta trabajar en condiciones óptimas. En esta misma línea, uno de los portavoces del sindicato, Javier O'Farrill, expone precisamente que "los territorios que están mejor es donde han implementado más el acuerdo y la sensación es de menos carga". Y aunque reconoce que se han hecho progresos, explica que no se han cumplido todos los puntos del acuerdo. "El ICS dice que no encuentra profesionales para contratar y eso es mentira", subraya.
"Nos han hecho muy poco caso, la situación es complicada y los acuerdos tenían una carga importante pero el ICS no fue del todo leal con la situación económica", explica Ramon Sarrias, médico de familia en el CAP Montnegre. "Estamos decepcionados porque se prometieron medidas y no se han llevado a cabo". "Los 12 minutos del ICS –medida que se implementó para garantizar una visita adecuada– generan agendas más cortas, listas de espera y caos administrativo" y constata que al final del día acaba teniendo unos 35 o 40 pacientes por visitar. "Quizás tienes 28 visitas programadas y te vienen 15 o 10 más sin programar", añade.
"Me da la sensación que la gente de fuera de Barcelona ha notado más las medidas que no los CAP de la ciudad". Sin embargo, pone énfasis en el hecho de que si antes tenía un mes de tiempo de espera, ahora es de 10 días. Cosa que, explica, está bien de cara los pacientes pero que los médicos no notan menos sobrecarga.
La hermana pobre de la medicina
"Estudié Medicina sabiendo que quería hacer familia", detalla una de las adjuntas del CAP del Clot, Andrea Garcia. A pesar de todo, reconoce que no es la opción mayoritaria entre los estudiantes. De esta manera, se pregunta cómo es posible que siendo lo que acabará haciendo la mayoría, en muchas universidades no sea ni siquiera una asignatura obligatoria. "Quizás las patologías más frecuentes del corazón, no las ve el cardiólogo", comenta.
De esta manera, recalca que el problema de los médicos de familia será mucho más evidente en 10 años. "Un tercio de los médicos de los CAP se jubilarán y no tenemos gente porque muchos se acaban marchando después de hacer la residencia, ya sea por las condiciones o el desgaste. Algunos no se dedican ni siquiera a la medicina o se van de cooperantes".
¿Pero están realmente mal vistos los de la primaria?
"Desde el hospital no se conoce qué hacemos. No hay ningún tipo de contacto con la primaria", comenta Garcia. "Aunque cada vez es menos, hay faltas de respeto entre profesionales. Antes los médicos de familia eran los que 'derivaban' y 'hacían recetas'. Ahora hay médicos de familia muy bien preparados".
Anna, residente en el CAP del Clot, también dice que escogió esta especialidad porque es la que más le gustaba. Y detalla que "se tendrían que potenciar las prácticas" con el fin de cambiar la imagen. En esta misma línea, la profesora de la Universidad Pompeu Fabra y médico de familia Rosa Alcolea expone que "un 10% de los alumnos piensa en la primaria como primera opción" y lo atribuye al "desconocimiento". Ahora, sin embargo, se está produciendo un cambio. "Hay gente que apuesta de verdad por la primaria", argumenta.
Los pacientes, satisfechos
Ahora bien, a pesar de la problemática que tienen en cuanto a condiciones laborales y dificultades para llevar a cabo su trabajo, "la mayoría de pacientes están satisfechos con nosotros, ellos están contentos si les resuelves el problema", insiste Anna. Uno de los motivos que más le atrae de su especialidad es, precisamente, la longitudinalidad. "Si trabajas en un lugar es posible que veas cómo el adolescente pasa a adulto. Ves la evolución total, no sólo el aspecto físico sino también la persona, enfermedades y factores sociales que tiene detrás".
Marc Tarín es adjunto en el CAP de Masquefa, considerado zona rural. "Para ser pueblo tenemos presión asistencial alta, también por el perfil de la población", expone y considera que el acuerdo en el que llegó el sindicato "fue de mínimos". Tarín se pregunta si los otros CAP han notado los cambios porque él cree que no ha movido gran cosa. "Los hay que dicen que han visto cambios, otros que no. Me pregunto cuál es el criterio de aplicación".
"Los médicos de familia somos resolutivos por los pocos recursos que tenemos", subraya. "A un médico de familia quizás le cuesta más tener reconocimiento que a un neurólogo, pero poco a poco esta percepción se va modificando". Como Anna, Tarín recalca que socialmente la profesión "está muy bien valorada".