Son aterradoras las fotografías de portada de los diarios de Barcelona. Parecen escenas de guerra. Hacen pensar si estamos haciendo bien las cosas, si todo pende de un hilo o dos, si la catástrofe se oculta detrás de tan poca cosa. Tras lo que ha pasado en Tarragona, la respuesta a estas preguntas es una duda: cuándo volverá a pasar, si será peor. Ayer era el día de decir el qué. Hoy es la hora de cuestionarse el porqué y el cómo de la desgracia, de los planes de prevención y de emergencia.

Se hace extraño que la explosión en el polígono petroquímico de Tarragona no tenga una presencia más notable en las primeras páginas de la prensa de Madrid.

Al menos La Razón publica una foto con algún afán, quizás el de hacer ver, falsamente, que Pablo Iglesias es el que corta el bacalao en la Moncloa, aunque fue ese mismo diario el que abrió portada con la noticia clave de que el líder de Podemos no tendría despacho en la sede de la presidencia del gobierno español.

El resto llevan esas fotos amuermadas —siempre son iguales— de primer consejo de ministros, con los ídem alineados en los peldaños de la entrada principal. ABC, peor, edita la imagen de la sala del consejo de ministros, llena a rebosar, con un titular que parece una mala copia de un guión de telenovela de familias numerosas con problemas. La foto de El País quizás alude remotamente a El Abrazo, aquel cuadro icónico de Juan Genovés donde todo el mundo ve retratada la transición. Hoy, sin embargo, hemos rozado la catástrofe y tal vez era día de dejar de lado la política, la politiqueta y la politiquería, y asustarse todos un poco.

EPC

LV

EPA

AHORA

EP

ME

ABC

LR