Si las declaraciones sobre las presuntas relaciones peligrosas del President en el exilio, Carles Puigdemont, con una trama rusa a raíz del procés tenían que distraer las portadas de la huelga de maestros —que todo podría ser—, la operación ha sido un fracaso. La Vanguardia se las ha ingeniado para escoger la foto de los jefes de gobierno de Polonia, Chequia y Eslovenia con Volodimir Zelenski en Kíiv y la invasión de Ucrania es el tema que abre la portada. El resto de asuntos, a una la columna. Llevan mayores las declaraciones —el diario no pierde nunca ocasión de desacreditar a Puigdemont y a Junts— y la huelga de maestros ("se manifiestan en masa", dice) por debajo. En los otros diarios editados en Barcelona, la huelga de profesores manda y las declaraciones del portavoz republicano en Madrid no ganan ni una línea en El Punt Avui ni en Ara, mientras que El Periódico lo da menudo, más aun que La Vanguardia. Seguramente las mencionadas declaraciones no pretendían distraer de nada, porque es probable que si esa fuera la intención habrían tenido más repercusión. Por la misma razón, tampoco ha sido recibida en portada la reacción de Junts, que se pasó casi todo el día moviendo brazos y piernas en señal de indignación y escándalo.
La guerra de Putin y la huelga de maestros. Impresiona mucho ver las imágenes de tres primeros ministros europeos sentados con el presidente de Ucrania en Kíiv, sobre la que el ejército ruso ha intensificado el bombardeo. Hay que ser valiente. Las fotos del encuentro, sin embargo, no tienen épica. Es una lástima, aunque seguramente ni los visitantes ni el anfitrión estaban para épicas. Ara, El País y El Mundo han añadido el heroísmo que falta a las imágenes con unos títulos campanudos. Ara, el más moderado, dice que los tres líderes llegan a una ciudad "asediada por Putin". El País sube más el volumen y habla de "desafiar el asedio", mientras que El Mundo, con el loudness activado, titula que los tres primeros ministros "rompen el asedio". A ver, la acción de esos tres hombres es de sombrerazo, pero quizás no hay para tanto. Es decir, si Putin hubiera dado la orden de liquidarlos, no está claro que hubieran pasado. Si han llegado es porque los han dejado llegar. Gracias a Dios, claro.
Las imágenes de la huelga que señorean las portadas de Ara, El Periódico y El Punt Avui no esconden el cabreo de los profesores con el conseller de Educació, Josep González Cambray, y su equipo. A él no lo quieren ni ver, porque una de las demandas de los sindicatos de docentes es que a las negociaciones se presente el mismo President Aragonès. Ya veremos cómo salen adelante en el Govern, porque Aragonès estaba al lado de Cambray cuando anunció el adelanto del calendario escolar del curso que viene, que fue la gota que ha hecho rebosar el vaso del cabreo los maestros. En este caso, los títulos no añaden nada a la foto. Porque con las palabras es más fácil vitaminar una imagen que rebajar su impacto.