Es complicado explicar una tragedia, una devastación como la de las discotecas Fonda Milagros, Golden y Teatro de Murcia, que abre o es noticia destacada en todas las portadas, salvo la de El Punt Avui. Trece personas, la mayoría jóvenes, han muerto de madrugada en el incendio de dichos locales. La cuenta aumentará: 16 personas han denunciado la desaparición de familiares o conocidos que estaban allí de fiesta y que no han dado señales de vida. Los bomberos calculan que la temperatura alcanzó hasta 600 grados en el interior. "El techo ardía y algunas personas que estaban en la planta baja consiguieron salir. Había centenares de personas. Era muy angustioso", ha dicho uno de los que se salvó de las llamas. Las discotecas, de ambiente latino, están en un polígono llamado Las Atalayas, una zona de ocio "degradada y conflictiva" según el principal diario local. Todos los medios se hacen más o menos eco del mensaje de audio mandado por una chica a su madre. "Mami la amo, nos vamos a morir. Mami, la amo".
¿Por cuál de estos ángulos titula un diario su portada? Un título y una foto no pueden contener todo el drama, pero hay que elegir entre el estilo noticioso frío y factual, como El País —"El incendio de tres discotecas en Murcia deja 13 muertos"—, que da un cariz administrativo y distante a una información que es mucho más que 13 muertes. La foto es igualmente impersonal, sin víctimas, solo fuego. En el otro extremo está ABC, que titula "Madrugada infernal", sobre una foto de los bomberos retirando a una víctima en una camilla. Es un título visceral que no ofrece ningún dato ni explica hecho alguno porque se sobreentiende que el lector ya sabe de qué va. La cruz es que puede utilizarse decenas de veces cada año en situaciones de lo más variadas y no necesariamente luctuosas: sirve para aludir a la derrota de tu equipo de fútbol en una gran final deportiva en la otra punta del mundo. Es una expresión un poco sobada.
Entremedias está El Mundo. Utiliza la misma foto que el tabloide monárquico, con otra edición, y su titular cae más hacia el lado factual del diario progre madrileño, pero tiene la habilidad de sacudirle la insensibilidad salpimentándolo con un verbo más dramático: "El fuego devora 13 vidas en la discoteca Fonda". Devorar es una expresión fuerte y tópica: el verbo que es habitual pareja de baile de los sustantivos "fuego" o "llamas". El fuego y las llamas siempre "devoran" personas o "consumen" edificios u otros artefactos.
La Vanguardia sigue la misma línea pero, por supuesto, con algo más de moderación, templanza y sobriedad: solo se permite utilizar "tragedia" y carga el drama en la foto, que muestra a los familiares de alguna víctima que lloran y sufren (también encabeza el Quioscos & Pantallas). Ara y El Periódico también circulan por el carril del medio, pero más hacia ABC. Utilizan la misma imagen y hablan de "Noche trágica en Murcia" y de "Infierno en la discoteca" —al menos añaden dónde. La Razón se la juega con una estrategia muy típica: una frase de impacto en el título. No explicita qué es ni dónde está porque se supone que ya has visto la tele, escuchado la radio o visitado alguna web y que tú solito puedes unir los puntos.