Más de la mitad (55,6%) de los jóvenes de España con dificultades económicas y carencias materiales tiene problemas de salud mental, siendo el paro, la precariedad laboral y la crisis de vivienda algunas de las principales preocupaciones de esta generación que contribuyen a minar su bienestar emocional. Los datos provienen de un informe que publican este jueves el Consejo de la Juventud de España (CJE) y la ONG Oxfam Intermón, en el cual realizan una radiografía de la situación de precariedad laboral de las personas jóvenes de entre 16 y 29 años y se estudia el vínculo entre condiciones socioeconómicas y salud mental, haciendo uso del Barómetro de Juventud, Salud y Bienestar. "Cuando las vivencias en el mercado laboral despiertan de forma continuada estrés, insatisfacción y pesimismo ante el futuro, no es de extrañar que la juventud más vulnerable presente una autopercepción más negativa sobre su salud mental y mayores tasas de trastornos diagnosticados", advierte el estudio, llamado 'Equilibristas: las acrobacias de la juventud para sostener su salud mental en una sociedad desigual'.
De entre todos los grupos de edad, el que más ha visto crecer los problemas psicológicos es el que comprende a las personas de entre 15 y 34 años. Concretamente, la tasa pasó de registrar 5.712 casos clínicos por cada 100.000 habitantes en 2011 a registrar 39.408 casos en 2022, lo cual supone un crecimiento del 590%. De hecho, en el conjunto de los jóvenes de 16 a 29 años, el 48,9% han experimentado ideaciones suicidas y más de la mitad las tienen de forma recurrente.
"En 2017, el 66% de los jóvenes no había tenido nunca ningún problema de salud mental, pero ahora solo el 36% manifiestan no haberlo sufrido. Además, el 41% experimenta estos problemas a menudo. Ahora es una problemática mayoritaria", explica Alejandro García, responsable de políticas de protección social y uso de Oxfam Intermón y uno de los autores del estudio. García reconoce que hoy día los jóvenes manifiestan una gran conciencia sobre la salud mental, una reducción de los prejuicios sobre este tema y un aumento de la capacidad para identificar y hablar de todo lo relacionado con su experiencia emocional. "Aunque eso puede haber hecho visibilizar más los problemas, no quita que la tendencia es ascendente y que los problemas existen, aunque antes pudieran estar ocultos. Ahora es un problema en la agenda pública que antes estaba soterrado", ha apuntado.
A pesar de este panorama general desolador, solo el 17% de los jóvenes declara haber sido atendido por un especialista en salud mental de la sanidad pública y casi el 38% afirma que no ha buscado ayuda profesional a causa del coste de la atención privada, ya que dos sesiones mensuales de terapia psicológica suponen por término medio entorno al 15% de los ingresos mensuales de esta generación, apunta el estudio —unos 75 € de los 1.005.21 € netos mensuales que cobran de media (2023)—. El informe critica que, frente a esta crisis de salud mental, la sanidad pública está "infradotada" de recursos, porque cuenta con 5,14 psicólogos por cada 100.000 habitantes, ante los 18 de media en la Unión Europea o los 26 de media de la OCDE.
Insatisfechos y desmotivados con el trabajo y su situación económica
Con todo, "el problema no se solucionará aumentando las plazas de psicólogos", ha advertido Andrea Henry, presidenta del CJE, quién ha subrayado que "hay que asegurar el acceso a la vivienda digna y que los salarios sean suficientes para poder vivir de acuerdo con precio de la vida, porque todo eso también es hablar de salud mental". De hecho, la prevalencia de diagnósticos de problemas de salud mental también se muestra en un alto grado en los jóvenes que presentan carencias materiales severas (55,9%) o los que no pueden emanciparse por el precio prohibitivo de la vivienda (51%). "Para la generación de personas jóvenes es complicado soñar con un futuro estable, ya que tiene que pelear con la precariedad laboral, la temporalidad y el desempleo, vive en un constante estado de desequilibrio económico" señala Raquel Checa, responsable del programa Desigualdad Cero de Oxfam Intermón.
Cuando se les pregunta a los jóvenes sobre diferentes aspectos vitales con los cuales están satisfechos, solo destacan como positivo aquellos relacionados con la familia, las amistades y el tiempo libre. Por el contrario, solo cuatro de cada diez personas jóvenes encuestadas manifiestan satisfacción con sus estudios o su trabajo, cifra que desciende hasta tres de cada diez si se pregunta por su situación económica. El 40,3% de las personas jóvenes considera que vivirá peores oportunidades laborales que sus progenitores, frente al 38,4% que opina que su futuro laboral será mejor. Eso se traduce también en el hecho de que casi el 40% de los jóvenes cree que en el futuro vivirá episodios de ansiedad y de bajo estado de ánimo, señala el estudio. "Tener una generación joven desmotivada y sin perspectivas de futuro es negativo para toda la sociedad", ha avisado la presidenta del CJE.