Discurso claro y contundente. El presidente del Tribunal Superior de Catalunya (TSJC), Jesús Maria Barrientos, ha denunciado "la llamativa pasividad de los responsables políticos" para hacer frente al "colapso" que, según sostiene, sufrirá muy pronto el sistema de Justicia en Catalunya por el constante aumento de vacantes de jueces y magistrados, en el discurso de bienvenida a los 92 jueces y juezas que se incorporan a juzgados catalanes, este miércoles en un acto en el salón de pasos perdidos del Palacio de Justicia. Barrientos ha asegurado que el año que viene volverán a faltar un centenar más de jueces y que actualmente "32 juzgados no tienen juez titular al frente, ni sustituto". El Ministerio de Justicia es el responsable de cubrir las plazas de jueces en el Estado español y hasta ahora ha rechazado reforzar las vacantes en Catalunya con un complemento económico, tal como tienen en el País Vasco y otras comunidades, para evitar la elevada movilidad de jueces. "No movilizan ni un solo euro de los inflados presupuestos anuales para introducir mecanismos incentivadores de la actividad judicial en Catalunya, como insistentemente viene reclamando la sala de gobierno del TSJC y el Consejo General del Poder Judicial", ha criticado Barrientos.
El presidente del TSJC ha recordado que el año pasado ya se incorporaron 74 nuevos jueces a los juzgados catalanes, y el 2020, 56, cifra similar en los años 2019 y 2018. Precisamente, este lunes la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, presidió la primera jornada de acogida de los nuevos jueces y jueces que organizó el Departament de Justicia para evitar que se marchen después de pasar el primer año en los juzgados catalanes, como permite la ley. Desde el Departament se admite que por mucha inversión que realicen en la administración de Justicia, si no tienen una plantilla de profesionales estable no sirve de nada y no se mejora el servicio al ciudadano. La carga de trabajo y el encarecimiento de vida hace que la mayoría de nuevos jueces quiera volver a su lugar de origen, la mayoría de Andalucía y Madrid. Una medida de la Generalitat es aumentar las becas a opositores a jueces y fiscales que viven a Catalunya para incentivar las vocaciones en el país, que históricamente han sido bien magras.
Edificios y la lengua propia
El presidente del TSJC, que ha cumplido dos años en el cargo con el mandato caducado por el bloqueo de la renovación del CGPJ, también ha sido crítico con el estado de algunos edificios judiciales, cuyo mantenimiento depende del Departament de Justicia. "En Catalunya, encontraréis edificios nuevos y equipamientos óptimos, pero también hay otros claramente deficitarios", aunque ha añadido que "reconoce" el esfuerzo que realiza el Departament de Justicia para su adecuación y a quien pide que corrija las deficiencias para garantizar la seguridad de los profesionales y también de los ciudadanos que van.
Jesús Maria Barrientos, que solo ha usado el catalán al inicio y al final de su discurso, ha recordado a los nuevos jueces que "tengan en consideración" que tienen que respetar la aplicación el Derecho Civil propio de Catalunya. También les ha pedido "un escrupuloso reconocimiento de los derechos lingüísticos de los ciudadanos" que intervengan en los procesos judiciales.