La mayoría de presidentes autonómicos del PSOE no se fían del CNI y no le han dejado el móvil para que revise si se les ha introducido el programa Pegasus de espionaje. Según informa El Confidencial Digital, sólo han aceptado la revisión el presidente de Aragón, Javier Lambán, y el de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page. El ministerio de la Presidencia, encabezado por Félix Bolaños, ofreció esta verificación a todos los aparatos, después de que reveló que habían sido espiados el presidente español, Pedro Sánchez; la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el titular de Interior, Fernando Grande Marlaska. La comprobación la hace el Centro Criptológico Español, que depende del CNI. Bolaños anunció que miembros del Gobierno habían sido espiados, presumiblemente por Marruecos, para contrarrestar el escándalo que provocó que los servicios secretos españoles habrían hecho lo mismo con 65 catalanes, según el Citizen Lab de la Universidad de Toronto.
La mayoría de presidentes del PSOE han optado por reforzar la seguridad de las comunicaciones o han realizado revisiones independientes de los teléfonos de sus altos cargos, al margen del CNI. La mayoría de los presidentes del PP han rechazado también que el CNI revise los teléfonos. En este sentido, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado que no tiene previsto seguir las instrucciones de rastreo de sus dos dispositivos móviles. Tiene uno profesional, para su equipo de confianza en el gobierno autonómico, y otro de personal, que gestiona su gabinete. Y entre los que no han querido entregar el teléfono al CNI también está el presidente de Cantabria, Migual Ángel Revilla, que descarta cualquier análisis de su teléfono.
Mientras tanto, crece el convencimiento que con el cese de la hasta ahora directora del CNI, Paz Esteban, no será suficiente para cerrar el escándalo. El diario alemán Tageszeitung, conocido como TAZ, ha apuntado que la hasta ahora directora del CNI es sólo "la primera víctima" del CatalanGate, y que con este cese el presidente español no podrá dar por cerrada la crisis política. "Es poco probable que esta decisión calme los ánimos en España. El CatalanGate amenaza la estabilidad del Gobierno en minoría. Sánchez depende del apoyo del partido ERC de Pere Aragonès. Y este reclama que se desclasifiquen todos los documentos sobre el espionaje. Además, las peticiones para que Margarita Robles dimita son cada vez más fuertes", afirma. Según el diario, el CatalanGate "sacude" el gobierno de Pedro Sánchez.