Arqueólogos australianos e indonesios han descubierto que la primera amputación quirúrgica de la historia fue hace... ¡31.000 años! Restos óseos encontrados en la cueva Liang Tebo de Borneo (sureste de Asia) apuntan al hecho de que puede ser la primera evidencia conocida de un acto médico complejo a la Edad de Piedra y que fue realizado por alguien experto en su época, según recoge el artículo publicado en la revista Nature este miércoles. Era tan sólo un niño cuando tuvieron que amputarle la pierna izquierda, una operación quirúrgica que superó. Así, llegó a la juventud. Si bien el hallazgo tiene que ver con la historia de la medicina, es bonito recordar aquello que dijo la antropóloga norteamericana del siglo XX Margaret Mead sobre que el inicio de la civilización lo encuentran en "un fémur roto y sanado": los cuidados son el primer signo de civilización, porque son la prueba que alguien se tomó el tiempo necesario para cuidar de otra persona herida y apreciada. Se quedó con esta persona hasta que estaba sanada, ya que por ella misma no podría haber sobrevivido.
Es la evidencia más antigua de una cirugía de amputación. Hasta ahora, la prueba más antigua de un procedimiento de este tipo se remontaba a 7.000 años: eran los restos de un agricultor de la Edad de Piedra en la actual Francia, al cual le faltaba el antebrazo izquierdo. Con todo, la teoría predominante es que la evolución de la medicina surgió con el inicio de las sociedades agricultoras sedentarias. De eso hace unos 10.000 años, con la revolución neolítica. Pero los habitantes de Liang Tebo eran cazadores-recolectores muy anteriores. Uno de los directores de la investigación, Timoty Maloney (Universidad de Griffith, Australia), explica que "el descubrimiento de una amputación de hace 31.000 años en Borneo tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la historia de la medicina".
El estudio la ha realizado también la Universidad de Sidney y el Centro Indonesio de Arqueología, Lengua e Historia. Parte del descubrimiento el año 2000 de un esqueleto al cual le faltaba el pie izquierdo, parte de la tibia y el peroné. Tenía unos 19 o 20 años en el momento de la muerte. Los análisis confirmaron crecimientos óseos relacionados con la cicatrización. Además, el pequeño tamaño de la tibia y el peroné en comparación con la pierna sana sugiere que se trata de una herida de la infancia. "Sobrevivió con la movilidad alterada y vivió entre seis y nueve años más, en una de las comunidades de artistas más antiguas conocidas en los montañosos bosques tropicales de Borneo", donde se han encontrado pinturas rupestres de 40.000 años de antigüedad.
Las marcas que presentan los huesos "no son compatibles" con una amputación no quirúrgica. Otras marcas, como las de un trauma, "no causan un corte oblicuo neto". Al mismo tiempo, aquellas de un accidente o de un ataque animal suelen presentar "fracturas trituradas y aplastamientos". Es por eso que Maloney ve que "una de las grandes implicaciones" es que la comunidad tenía "conocimientos médicos avanzados para amputar una pierna a un niño y que sobreviviera" en un lugar y un tiempo muy difícil, pero donde la industria lítica con instrumentos afilados ya existía.
En esta línea, el experto destaca que el niño era un "componente valioso de su comunidad" y no habría podido salir adelante sin su ayuda después de la amputación. Necesitó cuidados como la limpieza y desinfección de la herida para que sanara hasta formar un muñón y vivir posteriormente con la movilidad reducida. Es sorprendente como los huesos no presentaban evidencias de signos de una infección lo bastante severa por haber dejado marcas permanentes en ellos, cosa lo bastante común en una herida sin un tratamiento antimicrobios.
Así pues, los investigadores consideran que en el cuidado del niño probablemente se utilizaron recursos botánicos disponibles con propiedades medicinales para prevenir la infección, anestésicos y calmantes. Todo hace pensar que los conocimientos sobre anatomía, fisiología y procedimientos quirúrgicos demostrados por la comunidad se desarrollaran durante un largo periodo de tiempo mediante el método de ensayo y error. Unos conocimientos que se pasaron de generación a generación por transmisión oral, además.
Cultura médica a la prehistoria
Los restos del joven amputado fueron encontrados en buen estado de conservación, con un 75% de los huesos presentes en el entierro (entre ellos, todos los dientes). Y es que los dientes sirvieron para fechar su muerte hace 31.000 años en un procedimiento que "resultó ser todo un desafío", ha relatado Renaud Joannes-Boyau (Universidad Southern Cross, Australia), que se ha encargado de la tarea mediante la medición de la radiación recibida por el esmalte dental desde el entierro.
Finalmente, Maloney indica que todavía hay que saber si el hallazgo de Liang Tebo es solo la primera prueba que la complejidad de las culturas médicas de cazadores-recolectores estaba mucho más tendido en este periodo de la prehistoria humana. La otra posibilidad es que las comunidades que habitaban Borneo hace 31.000 años habían adquirido un grado inusualmente avanzado en esta área.