El 59,5% de las aves, que resultan heridas o mueren en España durante un año, son por causas humanas. La principal causa, con un total del 40% de las muertes no naturales, son las provocadas por la colisión de los animales contra las líneas eléctricas. El otro 20% es consecuencia de la captura ilegal de ejemplares. Así lo indica un informe elaborado por la ONG SEO/BirdLife a partir de los más de 270.000 registros de ingresos de pájaros en los Centros de Recuperación de Fauna (CRF) de todas las comunidades autónomas entre 2008 y 2018, dentro del marco del LIFE Guardianes de la Naturaleza. El estudio revela que otras causas significativas son la electrocución propiamente dicha y el atropello en carretera, en ambos casos, en torno al 8% de los casos, el uso de veneno y la colisión contra generadores, otro 5%, y el furtivismo, más de un 3%.
Especies protegidas
Los datos del CRF revelan que casi el 65% de los ejemplares afectados pertenecen a especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE) y cerca del 7% están incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA). El informe indica que son las especies protegidas y amenazadas las que ingresan en estos centros mayoritariamente. Por especies, según la lista, las más afectadas son el jilguero europeo (11.732 registros), seguido del cernícalo vulgar (10.167), el busardo ratonero (8.608), buitre leonado (7.426), la gaviota de patas amarillas (7.196), el vencejo común (6.266) y el búho real (6.215).
Con respecto al grado de amenaza que indica el Libro Rojo de los Pájaros en España, destacan las cifras del cernícalo vulgar, más de 1.000 registros anuales, a lo cual "podría ayudar a entender el grave declive sufrido por esta especie", el aguilucho cenizo mediterráneo y el milano real, más de 100 registros en los dos casos. Entre las especies más afectadas por la colisión de las líneas eléctricas se sitúan el buitre leonado, la cigüeña blanca, aves de rapiña diurnas de pequeño tamaño y vuelo rápido (cernícalo vulgar, gavilán común), el vencejo común, la gaviota de patas amarillas y varias especies nocturnas (lechuza común, búho europeo, búho chico, búho real y zoquete común). Por otra parte, el principal riesgo para el aguilucho cenizo es el atropello, principalmente con maquinaria agrícola, sin embargo, para el buitre leonado es la colisión contra los aerogeneradores, mientras que para el verderón o para el cuervo el problema es la captura ilegal.
Evolución de los ingresos
En los más de 18 años analizados, en los registros anuales han aumentado los ingresos cerca de un 66,5%. Con respecto a la evolución mensual a lo largo del año, se ha observado un incremento de los ingresos entre junio y agosto, y por temporadas, hay más en los periodos 2008-2011 y 2014-2016 y menos en el resto. En todo caso, estas cifras corresponden exclusivamente a los pájaros afectados que son encontrados por particulares o por las autoridades rurales, como los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) o los agentes forestales. Por eso, la ONG conservacionista propone aplicar "una modelización matemática para realizar una estima más realista", cuyo resultado es "una horquilla amplia, entre los 25 millones y los 100 millones de ejemplares al año." La directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, ha reconocido que "la cifra impresiona, incluso tomando como referencia la cuota baja de la horquilla", que ha añadido que "en muchos casos se trata de cuestiones corregibles, como sucede con las colisiones o la electrocución en líneas eléctricas", lo cual demuestra "una vez más que mejorar la protección de la biodiversidad está al alcance de nuestra mano".