Vecinos de Perpinyà (Rosselló) han convocado para este sábado la procesión de Sant Galdric, para orar para la finalización de la sequía. El inicio de la procesión está previsto a las 14.30 horas en la plaza de la catedral. Después irá a la Plaça de la Llotja, posteriormente al Castellet y cruzará la Bassa por el puente pequeño. Hará un paro en el oratorio de Nostra Senyora del Pont. A continuación la comitiva cruzará el puente Joffre para bajar, por la avenida Torcatis, cerca del río Tet. Allí se hará una bendición solemne a los cuatro puntos cardinales mientras los campesinos blandan imágenes religiosas y reliquias sobre el agua del río, según informa L'Indépendant. Todo eso pasará, sí, con toda normalidad, en el Estado de la Ilustración.
Sant Galdric o Sant Galderic fue un campesino que nació cerca de Carcasona el año 820 y que murió en Sant Martí del Canigó, en el Conflent, el año 900. Fue un campesino que defendía los derechos de sus compañeros, protegiéndolos de los abusos. Murió en olor de santidad y fue enterrado en el monasterio de Sant Martí de Canigó. Se le atribuyeron muy pronto una serie de milagros, y el año 990 el Concilio de Narbona lo canonizó, por obra del obispo Raimon II de Tolosa de Languedoc. Es el santo patrón del Rosselló, el Conflent y el Vallespir, de Perpinyà, de Sant Martí del Canigó y de Mirapeis (Arieja). Y además es el patrón de los campesinos catalanes.
Sus restos mortales no han tenido una historia tranquila, paralela a la de Catalunya. Durante la Guerra de los Segadores, las reliquias del santo fueron trasladadas del Canigó a Barcelona en 1654, al monasterio benedictino de Sant Pau del Camp. Y en 1665 volvieron a Sant Martí del Canigó, y allí quedaron hasta 1781, cuando el monasterio se secularizó. Hoy están en la catedral de Perpinyà.
Sequía extrema
La situación de sequía en Catalunya, tanto la del Norte como la del Sur, es actualmente muy extrema. El reciente paso de la borrasca Juliette no dejó las precipitaciones deseables en las cabeceras de los ríos para mitigar los efectos de la sequía, y las nevadas que dejó en el litoral no tuvieron un impacto relevante en las reservas. Una semana después de aquel temporal, los embalses no solo no aumentaron las reservas, sino que siguieron bajando. La débil lluvia que ha caído más recientemente no ha compensado las necesidades existentes y la perspectiva de más precipitaciones se aleja mientras algunas predicciones indican que el 2023 puede ser el más caluroso de la historia con la llegada del fenómeno ''El Niño'.
Los datos indican que el volumen de agua embalsada en las cuencas internas es de 190,7 hectómetros cúbicos (hm3), lo que supone que los pantanos están al 27% de su capacidad: casi un punto menos en una semana. El año pasado, clasificado como a muy seco, los embalses estaban al 53% en estas mismas fechas. Si se observa la media de la última década tendrían que estar al 73%.