La Costa Daurada, siempre menospreciada a comparación con la Costa Brava, esconde sitios de ensueño y verdaderas obras de arte arquitectónicas. La costa de Tarragona cuenta con un pequeño pueblo con encanto que no es muy conocido en el resto de los ciudadanos catalanes, y que popularmente es conocido por la gente de los alrededores como "pueblo español", en referencia a la atracción turística situada en la montaña de Montjuïc de Barcelona. La diferencia con el recinto barcelonés, es que el pueblo ha estado descubierto hace relativamente poco por la popular revista National Geographic, que ya lo define como un auténtico museo. Situado en un extremo de Roda de Berà, en la Costa Dorada, se encuentra Roc de Sant Gaietà, este pueblo que es una delicia arquitectónica, con rejas y llevas de hierro forjado, piedra romana de Tarragona, donde cada rincón te conecta directamente con el Mediterráneo.

Un pueblo con encanto

El origen del proyecto está fechado el año 1964, iniciado por Gaietà Bori Tallada y el constructor Josep Maria Fortuny Rodríguez, con la visión de recrear un ambiente marino, tardaron 8 años, pero finalmente lo consiguieron. Desde entonces, se ha convertido en un rincón encantador que combina elementos de pueblos de pescadores y referencias a diferentes lugares de España y el Mediterráneo.

 

Además, uno de los edificios más emblemáticos del Roc de Sant Gaietà es el centro Cívico La Roca Foradada, que alberga fascinantes galerías de arte y espacios culturales, así como el Museo de la Radio de Luis del Olmo, donde hay expuestos más de 500 aparatos de radio antiguos, todos propiedad del veterano periodista. Otra de las maravillas de este pequeño pueblecito costero es el Claustro Románico con su escultura mural, las referencias islámicas de la Puerta Mora y el Pasaje de Arcos que te transporta a la Costa Esmeralda en Cerdeña. El Claustro cuenta con vigas, puertas y tejas antiguas, donde se esconde una escultura mural de Philippe Lavaill.

Roc de Sant Gaietà
Roc de Sant Gaietà / Ayuntamiento Roda de Berà

La construcción de la mayoría de las casas está hecha con forjados, piedra del Mèdol de Tarragona y puertas y ventanas rescatadas de casas abandonadas y en desuso. Además, cada callejuela y plaza revela una sorpresa arquitectónica. Por último, una de las partes principales del caso urbano, en la plaza Gaietà Bori Tallada —en honor al impulsor del barrio— se encuentra un edificio gótico con una escalera señorial que replica la que hay en el Palau de la Generalitat. Aparte, de su riqueza arquitectónica, Roc de Sant Gaietà también ofrece varias experiencias inolvidables, entre las cuales destaca un paseo por el Camí de Ronda hasta Torredembarra, que te regala una espectacular imagen de la Costa Daurada.