Existe un pueblo en Catalunya que quedó devastado por una DANA el año 1982 en el norte de Catalunya, concretamente en los Pirineos. Esta zona del territorio catalán sufrió una de las peores inundaciones de su historia, cuando los ríos de la zona se desbordaron y dejaron ciudades y pueblos incomunicados e inundados. A continuación descubrirás uno de los pueblos que quedó más afectado, aunque no costó ninguna vida, ya que su población pudo refugiarse al núcleo nuevo de la localidad.
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La ruta entre los escombros del pueblo
Unos aguaceros el noviembre de 1982 provocaron inundaciones por el desbordamiento del río Segre, afectando las comarcas por donde pasa, desde la Cerdanya hasta el Segrià. Hubo un municipio catalán que sufrió unas graves consecuencias: se trata del pueblo de Pont de Bar, ubicado muy cerca de la Seu d'Urgell. Esta localidad recibió un desprendimiento a consecuencia de la DANA, que arrasó la zona vieja del pueblo, aunque no hubo víctimas mortales ni del ganado, ya que pudieron reaccionar a tiempo. Sin embargo, el agua destrozó toda la zona y mucha gente lo perdió todo a causa de esta catástrofe. De hecho, la montaña que había al lado estuvo muy cerca de ceder, pero por suerte esta tragedia no llegó a producirse. Actualmente, esta zona se puede visitar e incluso se puede hacer un recorrido visitando los escombros que quedan, como la iglesia de Sant Ermengol, que es una de las únicas infraestructuras que todavía se mantiene en buen estado.
Durante esta excursión podéis ver los restos de un pueblo fantasma que quedó destruido, aunque hay algunas casas que mantienen la estructura inicial, aparte de la iglesia que hemos mencionado anteriormente. Además, durante la ruta podemos pasar por el nuevo Pont de Bar, que tiene solo 162 habitantes, según datos del Instituto de Estadística de Catalunya el 2023. Este municipio que fue construido además alzada para evitar que otro desprendimiento afecte de nuevo al pueblo, después de las inundaciones del año 1982. Sin embargo, cuando hay fuertes lluvias, como por ejemplo los últimos días, esta zona vuelve a estar muy alerta, ya que su proximidad con el río Segre hace que el riesgo pueda ser real.