Activistas de Greenpeace han escampado este miércoles en la madrileña Puerta del Sol restos de objetos destruidos por las DANA (depresiones aisladas en niveles altos) que azotaron a Madrid y Toledo meses atrás, para denunciar que los combustibles fósiles destruyen el clima: traen "sequía y pérdida de cultivos, peligros para la salud, injusticia y desigualdades y ciudades inhabitables", señalan. Desde primeras horas de esta mañana, y a las puertas del inicio de la cumbre mundial del clima de Dubai (COP28), los activistas, vestidos con buzos blancos y llevando carteles y pancartas, denuncian el uso del petróleo y gas y sus efectos sobre el planeta, tal como ha anunciado la misma organización en una publicación a la red social X (Twitter).

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El objetivo de la protesta, explican los activistas, es recrear un desastre climático con vehículos volcados, además de sillas, escaleras plegables, casetas y otros objetos completamente dañados, para mostrar así el impacto de este tipo de catástrofes y urgir los gobiernos participantes en la COP28 el fin del petróleo, gas y carbón. El grupo ecologista también quiere que esta acción sirva para recordar a las personas que murieron a causa de la última DANA que asoló varias zonas de Toledo y de Madrid y sus familiares; un sufrimiento que, señalan, "podríamos evitar si actuáramos ante la crisis climática".

Señalan a las grandes petroleras y energéticas como responsables

En este sentido, Greenpeace busca responsables y señala directamente, además de los líderes políticos mundiales, a las empresas petroleras y gasistas, que, apuntan, "han batido récords históricos de emisiones": empresas como "Enagás, Naturgy, Repsol, Cepsa, Iberdrola, Endesa," que, denuncian a los ecologistas, "siguen invirtiendo la mayoría de su dinero en buscar y extraer gas y petróleo, que dañan el clima, el planeta y las personas". Y mientras tanto, critican a los activistas, "se embolsan beneficios multimillonarios".

Movilización en las calles coincidiendo con la COP28

Aparte de la acción protesta de este miércoles, Greenpeace también ha instado a una movilización social en las calles por todo el Estado coincidiendo con la cumbre del clima en Dubai, los próximos 2 y 3 de diciembre. Unas marchas con las cuales el grupo ecologista quiere exigir al Gobierno una mayor ambición en la lucha contra la crisis climática. "Esto tiene que parar, y ciertamente estas empresas no parece que estén dispuestas a hacerlo por su propia voluntad", apuntan.

En este sentido, Greenpeace pide un plan detallado para el abandono de los combustibles fósiles de forma rápida y "justa". También acabar con toda subvención en el sector a más tardar hacia el 2025. Y finalmente "asegurar que los que más contaminan financien la transición en los países empobrecidos, que son los que menos han contribuido a la emergencia climática y los que más sufren sus impactos".