La posidonia es un tesoro que se esconde al mar Mediterráneo. Esta planta protegida no vive en ningún otro mar, y la presencia de las praderas de la posidonia oceánica es un termómetro de la salud de un fondo marino, además de jugar un papel clave en el mantenimiento de la biodiversidad, la fauna y la flora marina, la función ecológica y la aportación de numerosos beneficios para el ecosistema, como la producción de oxígeno y la fijación de carbono, o la preservación de la arena de las playas, e incluso influye en hacer que las aguas estén más limpias y cristalinas, exentas de contaminación. Pero la supervivencia de la posidonia se ve amenazada por numerosos peligros como el cambio climático, la contaminación, la erosión, las anclas y boyas de los centenares de embarcaciones que cada verano fondean en las calas y también la presencia de algas invasoras, como la Caulperpa cylindracea. Para preservar este tesoro, la Asociación Empordà Mar, con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Parc Natural del Cap de Creus, han iniciado la segunda fase del proyecto PosidoniaGrowns, con la plantación de 500 ejemplares de posidonia en aguas del cabo de Creus, en la cala Gallardera.

Una planta en regresión

Aunque esta planta está protegida tanto a todos los niveles (por el Estado, la Generalitat y la Unión Europea, dentro y fuera de los espacios naturales), su regresión es una realidad en todo el Mediterráneo y se estima que en los últimos 50 años la superficie se ha reducido en más de un 30% en el Mediterráneo occidental. Esta regresión es crítica en muchos lugares, como la Costa Brava o la costa de las Islas Baleares. Existen varios programas para restaurar las praderas de posidonia, como el Programa de Infraestructura verda de Catalunya, que impulsa el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat. El proyecto medioambiental PosidoniaGrowns, en cambio, impulsada por la entidad Empordà Mar, da continuidad a la iniciativa que empezó hace un año con la plantación de plántulas de posidonia en dos calas de Cadaqués, la cala Galladera y la cala Nans para combatir el alga invasora Caulperpa cylindracea, procedente de Asia, que ha colonizado diferentes lugares del cabo de Creus.

 

Primera fase, el año pasado

En aquella primera fase se plantaron 700 ejemplares (300 en la cala Galladera y 400 en cala Nans) y en la primera de ellas fue un gran éxito, con una tasa del 85% de supervivencia, mientras que en el segundo caso, fue de poco más del 55%. La diferencia se explica en el hecho de que en Galladera el fondeo está prohibido, y eso permite que las plantaciones puedan estudiarse correctamente a lo largo de los años, siguiendo como evolucionan y crecen, como explica a la ACN el responsable de Empordà Mar, Salva Manera. En cambio, en cala Nans, el fondeo es libre, y por la actividad humana los resultados no fueron los esperados. Por esta razón, en la segunda fase del proyecto PosidoniaGrows que se ha emprendido ahora, se ha decidido plantar las 500 plántulas de posidonia solo en cala Galladera, cedidas por el vivero Portman del Ministeri para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). "En Galladera, tenemos la seguridad que se puede hacer el estudio y ver cómo van creciendo, haciendo un seguimiento en condiciones", asegura Manera, que recomienda, de forma "urgente", tomar medidas de ordenamiento del fondeo libre en cala Nans.

Posidonia (ACN)
 

 

Un sistema nuevo, trabajar con las semillas

Una de las particularidades del proyecto PosidoniaGrowns es que utiliza un sistema nuevo porque, por primera vez, se han utilizado semillas de la planta. En época de floración se han recogido de las playas y se han trasladado a los viveros que el Ministerio tiene en Portman, Cartagena, para hacerlas crecer en los acuarios. Un año después se han trasladado desde este punto para plantarlas en esta cala. "Hemos buscado un sistema que hasta ahora no se había hecho, que es trabajar con las semillas. Hasta ahora, se hacía con fragmentos vegetales, pero no daba muy buenos resultados", añade Manera, que explica que el proyecto tiene que tener una continuidad en el tiempo de al menos diez años para poder extraer resultados concluyentes. "La posidonia tarda muchos años en crecer porque es una planta totalmente salvaje, no está domesticada, entonces crece, germina cuando puede y lo que hacemos es un estudio científico a diez años vista que se contrastará con uno que también se está haciendo en Cartagena", añade Manera.