Punto final. La acampada propalestina que se instaló al principio de mes en el edificio histórico de la Universidad de Barcelona ha anunciado este jueves que se levantará mañana mismo. Una decisión que tiene un motivo claro: el consejo de gobierno de la UB aprobó ayer romper sus relaciones académicas con Israel, a raíz de una moción aprobada por el claustro hace unas semanas. Esta era la principal exigencia manifestada por los activistas, en respuesta a la guerra entregada por parte de Israel sobre la Franja de Gaza, que ya ha dejado a más de 35.000 palestinos muertos. En un comunicado difundido a través de las redes sociales, los acampados celebran esta "victoria histórica", y argumentan que ponen fin a la protesta para "dar un paso adelante en la lucha".

Después de la moción aprobada por el claustro al principio de mes, hacía falta el paso definitivo del consejo de gobierno de la UB para romper con Israel. Ayer por la tarde, la dirección aprobó no establecer convenios con instituciones israelíes "hasta que las condiciones en la zona de Gaza garanticen una situación de paz absoluta y con respecto a los derechos humanos". También se rompió el acuerdo de colaboración con la Universidad de Tel Aviv "de manera inmediata e indefinida", además de asumir la "suspensión cautelar" de todos los acuerdos y convenios con empresas vinculadas con la guerra en Gaza, y la ausencia en cualquier acontecimiento académico ni institucional "en que estén implicadas instituciones israelíes". Las medidas quedaron aprobadas con 28 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones.

Los activistas mantendrán la lucha

En el manifiesto, los acampados alegan que "durante más de siete meses de genocidio, la UB había sido incapaz de emprender acciones efectivas para romper su complicidad con Israel", hasta que los activistas decidieron copiar la estrategia vista en universidades de los Estados Unidos. Durante estos 17 días de acampada, afirman que han llevado a cabo una lucha "firme" que no se han doblegado "a las presiones". "Nos querían convencer de que nuestra protesta no tendría ningún efecto, pero no hemos cedido a las amenazas y hemos demostrado que nada de todo eso era cierto", añaden. Durante este periodo, se llegó a plantear el final de la acampada para poder celebrar con normalidad las elecciones catalanas del 12 de mayo, mientras que el consejo de gobierno manifestó que no aprobaría la moción hasta que se levantara la protesta.

En todo caso, no se acaba aquí. Para garantizar que se cumplen "todos los compromisos", los activistas afirman que el equipo directivo ha aceptado la presencia de cuatro miembros "escogidos por la acampada y los colectivos impulsores de la moción" al grupo de trabajo establecido por el consejo de gobierno de la UB. Por otra parte, los propalestinos aseguran que seguirán exigiendo a los gobiernos de la Generalitat y del Estado español que "rompan todas las relaciones militares, políticas, económicas y culturales con el estado genocida de Israel".