Una nueva encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha puesto el foco en la percepción de la población española de las desigualdades de género y la violencia sexual hacia las mujeres. Algunas de las percepciones y mitos sobre la violencia sexual han desaparecido a lo largo de los años, pero otros muestran que todavía hay un largo camino. Por ejemplo, en los hechos que se consideran o no acoso en el ámbito laboral. Hasta un 22% de los encuestados han afirmado que "pedir repetidamente relaciones sexuales sin presiones ni amenazas" no es un acto de acoso sexual en el trabajo. Sin embargo, otras formas de acoso sexual en el seno del trabajo han sido mejor identificadas como es el caso de los tocamientos o abrazos y besos no deseados, en estos casos, más del 90% de los encuestados identificaban estos actos como un caso de acoso sexual.
Al margen de la esfera laboral, la percepción que tienen los ciudadanos sobre qué actos son o no violencia sexual es muy dispar, de la misma manera que la consideración de sí estos tienen que ser punibles o no. Por ejemplo, hay un gran consenso al reconocer que tocar una mujer contra su voluntad está mal y tendría que estar castigado por ley, concretamente, el 88% así lo considera. Sin embargo, cuando se trata de un beso en contra de su voluntad, los encuestados tienen más manga ancha y el 28% considera que no tendría que estar castigado por la ley, mientras un 68% sí. En la misma línea, el 20 de los españoles no considera que obligar a la pareja a mantener relaciones sexuales no tendría que estar penado por ley.
Finalmente, si bien en todas las categorías preguntadas hay un pequeño porcentaje de encuestados que justifica las agresiones que presenta el CIS excepto con respecto a la sumisión química, caso en que nadie ha justificado bajo la respuesta "aceptable en algunas circunstancias".
La visión sobre la prostitución
Por otra parte, con respecto al consumo de prostitución las respuestas están muy divididas. El 28% consira que es aceptable en algunas circunstancias, mientras que un 32% afirma que es inaceptable, pero no tiene que estar castigado por ley y un 32% asegura que si tuviera que estar penado. Estos porcentajes son en general, pero no varían casi en nada si dividimos los datos por franjas de edad. Es decir, la percepción del consumo de prostitución no varió prácticamente entre generaciones.
Violencias digitales: internet, un nuevo espacio para atacar a las mujeres
Desde hace tiempo que en las encuestas sobre violencias machistas se incluyen preguntas sobre un nuevo espacio donde las mujeres son víctimas de nuevas y viejas agresiones: Internet. En esta encuesta el CIS se ha preguntado qué perspectivas se tienen sobre algunos de los actos de acoso que se dan a menudo en el espacio digital. La mayoría de los encuestados han apostado para que estos actos de acoso estén castigados por la ley y las respuestas han sido muy poco ambiguas. El único acto con que se ha dado más margen es|está con el hecho de hacer comentarios ofensivos en Internet. En este caso, el 42% reconoce que es inaceptable, pero no cree que se tenga que castigar y el 244% apuesta porque sí que se castigue.
¿Hay más agresiones?
"Cada vez se oyen con más frecuencia noticias sobre agresiones y violencia sexual. ¿Cree que Usted es porque en los últimos tiempos han aumentado las agresiones sexuales o que se publican y salen a la luz más casos"?, ha preguntado el CIS y la mayoría de los encuestados han afirmado que no hay más casos, sino que salen más a la luz que antes, concretamente, así lo perciben el 65%. La mayoría de los ciudadanos perciben que ahora es más denuncia más, también creen que en la mayoría de casos en que no se denuncia el principal motivo es el miedo al agresor. En segundo lugar, la mayoría considera que el miedo a no ser creídas juega un gran papel en el hecho de que no se denuncien más casos.
Patologitzar al agresor
Al contrario de lo que apuntan los expertos, el amo de españoles consideran que los agresores sexuales actúan así por|para problemas mentales, así lo afirma el 12% de los encuestados. El segundo motivo más votado es porque el agresor tiene "falta de educación, carencia de principios y valor". Todo hace que la mayoría de las personas sitúan a los agresores sexuales como personas con algunas carencias de valores o problemas mentales. Sin embargo, muchos expertos apuntan que no es el caso, de que detrás de estas acciones hay una normalización de la violencia machista y no patologías mentales concretas.