Internet no es un lugar seguro para las mujeres. La naturaleza de las interacciones en la red hace que los discursos antifeministas y misóginos sean especialmente duros y agresivos, amparados en el anonimato y el sentido de comunidad. Son dos factores cruciales en el nacimiento de un nuevo fenómeno: grupos virtuales que se basan, promueven y defienden el discurso de odio y las violencias digitales contra las mujeres. Es lo que se denomina manosfera (contracción de las palabras inglesas man -hombre- y sphere -esfera-), que cada vez tiene más presencia en el estado español y es una nueva amenaza para las y los jóvenes. Sobre este grupo versa el estudio del Centro Reina Sofía sobre la Adolescencia y Juventud de la Fundación Fad, Jóvenes en la manosfera. Influencia de la misoginia digital a la percepción que tienen los hombres de la violencia sexual.
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Las autoras, Elisa García-Mingo y Silvia Díaz Fernández, señalan que espacios como Youtube o Twitter son un territorio fértil para la producción y distribución de la ideología misógina que articula la manosfera. En estas plataformas encontramos discursos próximos a lo que formaciones como Vox o Hazte Oír defienden en la esfera pública. Ideas como que la violencia no tiene género o que la violencia de género es un invento ideológico son pilares para estas comunidades, que niegan la violencia machista a la vez que la animan, en especial la violencia sexual. Son conceptos que pueden parecer radicales, extremistas, lejos de la realidad, pero llegan y conforman la percepción sobre las mujeres y el feminismo que comparten muchos hombres. Las investigadoras alertan: "Consideramos la manosfera un elemento crucial en la socialización de los y las jóvenes en materia de género". Así pues, ¿qué es esta escuela de la misoginia?
La manosfera, la articulación del discurso del odio contra las mujeres en Internet
García-Mingo y Díaz definen la manosfera como un conglomerado de espacios virtuales que dan cabida a multitud de movimientos basados en la propagación de discursos misóginos y antifeministas. Las investigadoras resaltan la heterogeneidad de todos los grupos que forman el espacio, pero destacan unos rasgos comunes: negacionismo de las violencias machistas, odio hacia las mujeres y el feminismo y, especialmente, la victimización de los hombres -- todas las subculturas de este espacio comparten la visión de que los hombres están oprimidos y son las auténticas víctimas del progreso hacia la igualdad. ¿Quién los oprime? Por el creciente movimiento feminista.
La manosfera y sus grupos nacen de la cultura anglosajona. Su configuración en el Estado español es relativamente reciente y se ha investigado poco, ya que su dimensión es menor. García-Mingo y Díaz apuntan que como más se han institucionalizado los feminismos, ha habido una creciente reacción adversa y, por lo tanto, un aumento de los discursos antifeministas. En una sociedad donde la red juega un papel importante en la ciudadanía, es fácil imaginar que la hostilidad contra los avances del movimiento feminista desemboca en Internet, ideal para actuar conjuntamente contra colectivos feministas e individuos desde el anonimato.
Las plataformas de la manosfera en el Estado español
¿Dónde se mueven estos discursos, exactamente? Internet es muy grande y podríamos pensar que esta ideología reaccionaria se esconde en chats secretos. No es así. Las autoras señalan que la manosfera española tiene como principales plataformas Twitter, Youtube y páginas web propias, como Forocoches, Hispanchan o foros de prostitución. El alcance de estas plataformas es enorme. Forocohes cuenta con más de 800.000 usuarios, siendo el segundo foro en español más grande del mundo. Hispanchan, que imita el foro anglosajón 4chan (uno de los espacios predilectos de la manosfera en lengua inglesa), reporta contar con 700.000 visitas mensuales. Y eso son solo las webs más destacadas de habla mayoritariamente hispana. Otros espacios como Reddit han sido el feudo de estos grupos antifeministas durante años, hasta que han endurecido sus políticas de moderación.
Respecto de plataformas más famosas como Twitter y Youtube, las investigadoras ilustran con algunos casos el amplio alcance de estos postulados: GrisA (@grisasexual) y la cuenta de la Asociación Hombres Maltratados (@AsocMaltratados), que llega a los 25.300 seguidores. También destacan el papel de los youtubers antifeministas en la disgregación del discurso de la manosfera en el contexto español. Son creadores de contenidos que defienden los postulados mencionados mediante la burla, la banalización. Los más populares consiguen dinero con los vídeos, que al mismo tiempo son más populares cuantos más radicales son. Así, encuentran la mina de oro: como más polarizan, más rédito económico sacan. La monetización del discurso del odio.
De Internet en las calles
¿Qué daño|dolor|mal pueden hacer más allá de las pantallas estos discursos? Mucho y ya está sucediendo. Hay grupos de la manosfera que han llevado|traído la violencia contra las mujeres de las redes, al debate público, a los niveles más extremos de violencia. Son tristemente conocidos dos ataques masivos perpetrados para|por reconocidos miembros de una de las subculturas: los Incels, la contracción de los términos en inglés "célibe" e "involuntario". En resumidas cuentas, se trata una subcultura formada por hombres que sin relaciones románticas o sexuales y creen que eso les desmerece socialmente. ¿Las culpables y el foco de su ira? Las mujeres, según ellos.
El conglomerado de ideas que se agrupan en la comunidad incel es muy variada y tóxica. En sus chats a menudo se anima a la violencia a través de lo que llaman bromas. Las bromas si las fantasías de vengarse de las mujeres han traspasado las pantallas. Por ejemplo, en los Estados Unidos (EE.UU.) (2010) y en el Canadá (2018), dos jóvenes perpetraron ataques masivos en nombre de la comunidad incel que se cobraron la vida de decenas de personas. En ambos casos justificaron la violencia, enfocada principalmente a las mujeres, como una venganza contra el feminismo y la liberación de las mujeres. No son los únicos ataques, pero son los más mediáticos. Son unos de los resultados de alimentar la polarización hasta el extremo.
Las violencias digitales más allá de la manosfera
El 85% de las mujeres han experimentado algún abuso tecnológico en primera persona o ha sido testigo, según recoge el proyecto FemBloc. Este tipo de violencias las ejercen todo tipo de usuarios, no solo los más radicales de los que hemos hablado anteriormente. Según la Diputación de Barcelona resume las violencias digitales como aquellas que amenazan a través de la Red "la integridad física, la reputación, la libertad de obrar, la integridad de los ficheros o dispositivos, la libertad sexual, la privacidad, los canales de comunicación, la libertad de expresión y de información". La consellera de Igualtat y Feminismes, Tània Verge, ha anunciado que se está trabajando para poner en marcha un servicio especializado de atención a violencias digitales en el 2023.