La publicación del nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC, en las siglas en inglés), vinculado a las Naciones Unidas, sobre los efectos "irreversibles" del cambio climático ha levantado todas las alarmas. Según la nueva investigación el calentamiento global avanza sin descanso y la mano humana está detrás de este de forma "inequívoca".

Ahora solo queda minimizar los daños de lo que ha provocado la humanidad y por tal cosa se tiene que mantener el aumento de la temperatura media del planeta en 1,5 °C. Se trata de la cifra mínima estipulada en los acuerdos de París, el cumplimiento de los cuales hasta ahora deja mucho a desear. La temperatura subirá y sus efectos serán desastrosos, eso ya es un hecho. La diferencia entre el desastre y el Armagedón estará en si sube solo 1,5 °C o el aumento llega en los 2 °C.

Olas de calores extremos: la nueva realidad

Las olas de calor como la que golpeará Catalunya en las próximas horas es un signo premonitorio de lo que nos espera con un aumento de 1,5 °C. Las temperaturas se volverán cada vez más extremas y las olas de calor serán más recurrentes. Según un estudio del IPCC publicado el año 2019 donde se comparaban los posibles efectos del cambio climático con el aumento de 1,5 °C o de 2 °C, no solo contaremos con más días cálidos durante el año, sino que en los fenómenos de temperaturas extremas estas jornadas todavía será más altas.

En otras palabras, los futuros días de calor extremo la temperatura subirá por encima de la media global. Si el aumento de la temperatura se limita a 1,5 °C los días de más calor será hasta 3 grados más cálidos, pero si superamos los 2 °C de calentamiento global durante aquellas jornadas, el termómetro se enfilará más de 4 grados.

Los nuevos registros en el termómetro traerán con ellos un cambio en los fenómenos meteorológicos. El IPCC advierte que la frecuencia, la intensidad y la cantidad de las precipitaciones aumentará. Un fenómeno que se liga con el crecimiento de las inundaciones. El Grupo Intergubernamental señala que los territorios del este de Asia, la Norteamérica y las zonas de latitudes altas o grandes altitudes son las que tienen más riesgo. Un hecho que ya hemos visto los últimos días con las grandes inundaciones en China, Alemania, Austria o Bélgica. Cuanto más aumenten las temperaturas, estas precipitaciones serán más semejantes a los ciclones tropicales.

 

Las inundaciones del pasado julio en el interior de Europa cortaron comunicaciones, estropearon infraestructuras e incluso pusieron fin a la vida de decenas de personas / Europa Press

La otra cara de la moneda son las sequías. Siguiendo el rastro de las lluvias también serán más abundantes y duras. Todos los fenómenos meteorológicos ya han empezado su camino hacia un futuro más extremo.

Con el agua bajo los pies

Entre los efectos del cambio climático más conocidos se encuentra el aumento del nivel del mar. En el reciente informe publicado por el IPCC se advierte que se haga lo que se haga ya nos hemos condenado a presenciar un aumento del nivel de como mínimo entre 28 y 55 centímetros a finales de siglo con respecto a los niveles actuales, incluso consiguiendo emisiones netas cero (y en caso de que se doblen las actuales emisiones, la subida podría llegar a los 1,8 metros). A largo plazo y siguiendo los acuerdos de París, el nivel del mar subirá entre dos y tres metros en 2.000 años, pero si no se respetan estos acuerdos, la subida podría ser de 20 metros si la temperatura aumenta 5 grados.

¿Cómo afecta a eso a la vida humana? Según datos compartidos por Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF, en sus siglas en inglés), si la temperatura aumenta en 1,5 °C, afectará a 46 millones de personas en 2100 y si aumenta dos a 49 millones de personas. Las zonas más afectadas según el IPCC serán las islas pequeñas, las costas bajas y los deltas, como ya sucede ahora mismo al delta del Ebro.

Adiós al hielo

Los cambios que sufrirán mares y océanos no se limitan al aumento de su superficie. Una de las zonas del planeta más afectada por el calentamiento global son las masas de hielo en el Ártico. De ahora en adelante nos chocaremos con veranos donde no habrá nada de hielo en el Ártico. Como de recurrente se devuelva esta imagen dependerá de cuánto aumentará temperatura.

 

El deshielo en Groenlandia entró en una fase de 'no retorno' el año 2020 / Europa Press

De nuevo nos encontramos con esta dicotomía que sigue la tendencia de los casos anteriores. Con respecto al hielo ártico se prevé que si la temperatura aumenta tanto como se ha estipulado a los acuerdos de París habrá veranos sin hielo cada cien años, si por el contrario la temperatura sube hasta los dos grados, este fenómeno se repetirá cada diez años. Medio grado de diferencia cambiará completamente la fisonomía del difícil futuro que nos espera.

Vida o muerte de los ecosistemas

De medio grado también es lo que separa una dura pérdida de la biodiversidad o cambio total del aspecto del planeta. El IPCC prevé que "el 6% de los insectos, el 8% de las plantas y el 4% de los vertebrados pierdan más de la mitad de su alcance geográfico determinado climáticamente si el calentamiento global es de 1,5 °C, en contraste con un 18% de los insectos, un 16% de las plantas y un 8% de los vertebrados si el calentamiento global es de 2 °C".

El ente internacional también augura que "el 4% de la superficie terrestre mundial experimente una transformación de sus ecosistemas de un tipo en otro con un calentamiento global de 1 °C, en contraste con el 13%."

Mayor impacto sobre los de siempre

Todas estas transformaciones de nuestro entorno están, en su mayoría, sentenciadas. Pero no se distribuirán de la misma manera por todo el globo. Una vez más, las zonas más afectadas por esta catástrofe serán las que ya parten de una casilla de salida en mal estado.

Las previsiones del IPCC los países más vulnerables en la actualidad están en más riesgo de sufrir los efectos del cambio climático de forma más letal. También los países más pequeños y con pocos recursos están desprotegidos.

Los estados y las comunidades con problemas previos de abastecimiento alimentario verán esta problemática agravada. El cambio climático limitado a 1,5 °C grados llevará|traerá con él una reducción del rendimiento del "maíz, el arroz y el trigo, especialmente en el África subsahariana, el sureste de Asia, y Centroamérica y de Sur, y de la calidad alimentaria del arroz y el trigo, que depende del CO₂", según el IPCC.

Los sistemas económicos y sociales se verán alterados ante el aumento de la temperatura. La dificultad en sobrevivir en algunas zonas del planeta o su desaparición bajo el agua provoca y provocará un aumento de los refugiados climáticos según prevé ACNUR, la organización de la ONU encargada de la protección de los refugiados. La institución internacional señala como posibles motivos para el desplazamiento de los refugiados climáticos "la falta de recursos natural", la hostilidad para los cultivos o la ganadería y la multiplicación de "las amenazas, exacerbar tensiones existentes y aumentar posibles conflictos".

El mediterráneo en el ojo del huracán

Europa no sé salva y mucho menos el mar del Mediterráneo. Como ha apuntado el último informe del IPCC a uno de los puntos más calientes del cambio climático es el mar mediterráneo y sus alrededores.

En este territorio experimentaremos un descenso de las lluvias en verano y un aumento de las sequías. España es de los estados de la región que más sufrirá los efectos del calentamiento global. Aumentarán los días del año con más de 35 grados y el riesgo de incendios se disparará, como ya está pasando estos días en Grecia y Turquía.

 

Un hombre escapa de las llamas saltando una valla a Grecia / Europa Press

La subida del nivel del mar será más intensa en las costas mediterráneas y durante el siglo XXI veremos cómo las líneas costeras irán retrocediendo cada vez más.

Todo está en el mejor de los casos, en aquel que se cumplen los acuerdos de París y no se desencadena un aumento descontrolado de la temperatura. Si lo conseguiremos o no se decidirá los próximos meses y años, pero lo que es seguro es que los efectos que ya se notan del cambio climático perdurarán por "siglos y milenios", según los expertos de la ONU.

 

Imagen principal: Unos jóvenes se manifiestan para reclamar más acción de los gobiernos y las empresas ante el cambio climático / Europa Press