El avance del curso escolar ha tenido muchas consecuencias durante los últimos meses. Una de ellas, aunque no ha sido de las más llamativas, es el estrés y la presión que ha generado en muchos centros escolares para encontrar monitores de ocio. El Departament d'Educació decidió que habría una hora de ocio por la tarde, y que en ningún caso esta hora podría ser lectiva. Y se comprometió a garantizar que en todos los centros habría monitores de ocio en septiembre; por eso aprobó una partida extraordinaria de 12 millones de euros. Al fin y al cabo, porque este año el curso escolar se adelanta y no empezará después de la Diada, sino el día 5 de aquel mes en Infantil y Primaria y el día 7 en la ESO, Bachillerato y Formación Profesional. El problema, sobre todo, se encuentra en las zonas rurales de Catalunya, ya que muchas escuelas se encuentran con la dificultad en encontrar monitores que únicamente vayan a la escuela a trabajar durante una hora, teniendo en cuenta los desplazamientos largos de aquellas zonas.
Las escuelas concertadas son las que tienen una dificultad añadida en esta cuestión. Ofrecen una hora lectiva más que en la escuela pública. Es decir, que dan clase de 9h a 13h con un paro en medio de recreo/desayuno, y también de 15h a 16h. La última hora, que acaba a las 17h, tiene que ser de ocio. Y se trata de una hora que se queda, en muchos lugares, colgada. En las grandes ciudades eso no genera problemas. Para poner un ejemplo, en Barcelona hay mucha población, muchos jóvenes y muchos monitores. Y estos se pueden desplazar rápidamente y sin un coste económico elevado a cualquier zona metropolitana. Pero cuesta encontrar monitores que, en las zonas rurales, quieran desplazarse hasta un centro para trabajar una hora que se paga, como mucho, por unos 12€. Y todo eso con una dificultad añadida: las ratios de monitor por número de alumnos son diferentes en el comedor que en la hora de ocio de tarde: 1/25 y 1/16, respectivamente.
"Preocupación" en las escuelas
Las diversas escuelas con las que ha contactado este diario han mostrado preocupación por la gestión que ha hecho el Departament sobre esta cuestión, y muchas admiten sentirse desamparadas. De hecho, el director operativo de la Federació Catalana de l’Esplai (Fundesplai), Froilan Salgado, afirma en declaraciones a este medio que la organización ha notado una cierta "preocupación" en las escuelas por esta cuestión, a causa del "poco tiempo de planificación" de la conselleria, que decidió modificar el calendario escolar sin consultarlo previamente con la comunidad educativa, y que se negó a prorrogar el avance al curso siguiente a pesar de las peticiones del Consell Escolar. "Y todo para adelantarlo solo una semana", manifiestan directores de escuela consultados por ElNacional.cat.
Tanto Fundesplai como la Fundació Pere Tarrés han optado para alargar una hora más el servicio que ofrecen los monitores que tienen contratados, y que trabajen más allá de la franja de comedor, pero admiten que no todos estos trabajadores pueden quedarse más rato (algunos tienen otros trabajos) y también complica todavía más tener que compaginar la diferencia entre las ratios 1/25 y 1/16. La directora de programas educativos y sociales de Pere Tarrés, Sònia Recasens, explica que el Departament ha contactado con "las entidades de más experiencia y dimensión" en el mundo de la monitorización y el ocio para hacer frente a este reto, y les ha pedido que también den servicio en aquellos centros más pequeños que tienen más dificultades para cubrir la necesidad.
El problema rural
"La dificultad para encontrar monitores es real", afirma Recasens, que señala que es fácil pedir de alargar una hora más a aquellos monitores que ya trabajan al mediodía; sin embargo, "no si tienes que contratar uno para una hora". Y eso pasa sobre todo en las zonas rurales. "En según qué municipio, como por ejemplo Vacarisses, hay poca población y los jóvenes pueden estar más pendientes de sus vacaciones que de hacer monitorización; y más si tienen que recorrer distancias largas para llegar hasta la escuela. De hecho, la Fundación Pere Tarrés ya se mostró crítica con la medida de avanzar el calendario escolar cuando la anunciaron al conseller d'Educació, Josep Gonzàlez-Cambray, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès.
"A la expectativa del Departament"
Al fin y al cabo, la comunidad educativa está a la espera de cómo avancen los próximos dos meses hasta que llegue la fecha límite, cuando los centros tienen que ofrecer una hora de ocio por la tarde durante una semana. Recasens admite estar "a la expectativa del Departament" porque, aunque este mes de julio ya tienen más información sobre esta cuestión, no se sabe todavía "el volumen de críos que habrá que atender", teniendo en cuenta la ratio de 1/16. Algunas escuelas contactadas por este diario han explicado que han hecho llegar comunicaciones a los padres para mostrar su descontento con la medida de la conselleria, y que han animado a los padres a recoger a los niños durante la tarde, para tener menos alumnos a los cuales ofrecer este servicio.