Este jueves ha habido polémica en los Juegos Olímpicos de París 2024 por la victoria de la boxeadora argelina Imane Khelif ante la italiana Angela Carini en la categoría femenina de 66 kilos. Después de tan solo 46 segundos de combate, Carini ha abandonado al recibir un fuerte golpe en plena cara por parte de su rival y acto seguido, llorando, ha afirmado que se retiraba por su salud, porque nunca había recibido un golpe así. A la argelina Khelif, visiblemente más alta y fuerte que su rival, se la ha identificado como una mujer intersexual, por lo que fue descalificada del campeonato del mundo de boxeo de 2023, por no cumplir con los criterios físicos que marcaba la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), al tener niveles de testosterona más altos que los habituales en la mayoría de mujeres. El Comité Olímpico Internacional (COI), sin embargo, sí que ha dado el visto bueno a su participación en los JJ. OO. de París y considera "arbitraria" la restricción del IBA. Este jueves, el COI ha afianzado su decisión argumentando que todo el mundo tiene el derecho de practicar deporte sin discriminación. 

A raíz de este episodio con la italiana Carini, Khelif ha sido objeto de ataques por parte de grupúsculos conservadores como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, o el vicepresidente italiano Matteo Salvini, el presidente argentino, Javier Milei, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, o la escritora y reconocida activista contraria a las personas transexuales J.K. Rowling, que han afirmado que la boxeadora es transexual, lo cual no es cierto, y alegan que no se lo tendría que permitir participar en las competiciones de mujeres. Khelif, por su parte, se ha identificado siempre como mujer y siempre se la ha tratado como tal en su entorno.

Imane Khelif se la ha identificado como una persona intersexual —la 'I' del colectivo LGBTI—. ¿Qué quiere decir eso? De acuerdo con el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, la intersexualidad es un término para referirse a las personas que tienen cuerpos que no coinciden estrictamente ni con lo que se considera masculino ni con lo que se considera femenino, que quedan en un espectro intermedio entre el tradicional binarismo hombre-mujer. La ONG de salud sexual Planned Parenthood aclara que la intersexualidad puede manifestarse de nacimiento y de muchas y diferentes maneras: personas con genitales, órganos internos o rasgos físicos que no se ajustan a las categorías tradicionales de masculino y femenino —como tener genitales masculinos y órganos internos y hormonas femeninas—, o tener de los dos a la vez —como tener tejido ovárico y a la vez testículos—, o combinaciones de cromosomas que no son los tradicionalmente asociados a hombre (XY) y mujer (XX), por ejemplo XXY. Se trata de un fenómeno relativamente extendido —el 1,7% de la población mundial, según la ONU— y normal dentro de la diversidad en la cual puede manifestarse la biología humana.

La intersexualidad usualmente se puede identificar al momento de nacer: por ejemplo, cuándo los genitales que presenta el bebé no son los que los médicos esperaban ver. Aunque también depende de cómo se manifieste esta intersexualidad, que puede ser de muchas maneras visibles o no, puede pasar que a una persona no se lo identifiquen hasta la pubertad, cuando se dé un desarrollo físico determinado, o incluso puede suceder que una se persona viva toda su vida sin descubrir que lo es. Usualmente, cuando un bebé intersexual nace y lo identifican al momento, la familia y los médicos le asignan un sexo determinado y después, con la crianza, le construyen el género esperable en este, con el cual la persona se suele identificar a posteriori. A veces, estas personas pueden pasar por cirugías o tratamientos hormonales en algún momento de su vida si así lo deciden. Hacerlo en bebés sin que lo puedan decidir y si no hay una cuestión médica de salud que lo requiera es una práctica que el activismo por los derechos de estas personas censura. De hecho, Amnistía Internacional y Naciones Unidas denuncian que se hagan estas intervenciones no voluntarias para "normalizar" el aspecto de las personas intersexuales a los cánones que la sociedad tradicionalmente espera.