Los daños en el tren de aterrizaje y en el motor son lo que, este lunes, obligó al Boeing 767 de Air Canada a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Barajas. Como se puede ver en las imágenes, una de las ruedas del tren de aterrizaje estaba destrozada y algunos trozos de esta impactaron en uno de los motores del avión.
El aparato estuvo sobrevolando el espacio aéreo madrileño durante cuatro horas quemando combustible para rebajar el peso del avión. Desde el sindicato de pilotos Sepla ya se explicaba que esta es una maniobra prevista en los protocolos, de manera tal que el aterrizaje se pudiera hacer de forma segura. El Boeing 767 de Air Canada con destino Toronto salió del aeropuerto de Barajas a las tres de la tarde, pero poco después el piloto informó de que había perdido piezas del tren de aterrizaje que entraron en el motor.
A través de Twitter, Oscar Sanguino, presidente de Sepla, celebró que no hubiera "daños personales" ni entre las 130 personas del pasaje ni entre la tripulación, después de admitir que había sido una jornada "dura" en Barajas. Sanguino agradeció la "profesionalidad" de pilotos, controladores, cuerpos de seguridad del Estado, servicios sanitarios y personal del aeropuerto. Gracias a todos ellos, afirmó, "todo ha salido bien".