El conservador Luis Argüello ha sido elegido como el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Español (CEE) y uno de los grandes retos que tiene por delante es la puesta en marcha del plan de reparación integral de víctimas de abusos. Argüello es una de las caras conocidas entre el clérigo español, y no ha estado exento de polémicas, en concreto, sobre los abusos en la Iglesia católica. Toda su carrera sacerdotal y episcopal la ha hecho en la archidiócesis de Valladolid: primero como rector del Seminario y vicario general, entre otros cargos. En el 2016 fue nombrado obispo auxiliar del entonces cardenal arzobispo Ricard Blázquez. Al cumplir 80 años, lo sustituyó. Entre 2018 y 2022 fue secretario general y portavoz de la CEE, pero acabó abandonando el cargo al ser nombrado arzobispo de Valladolid. Un hecho que muchos relacionaron con las continuadas salidas de tono sobre los abusos en la Iglesia. Finalmente, ha sido elegido como el representante de los obispos para los próximos 4 años.
Polémica por la gestión de los abusos
Luis Argüello encabeza la corriente más negacionista de la Iglesia contra los abusos. En varias ocasiones, Argüello ha minimizado los millares de casos denunciados durante los últimos años e incluso cerró la puerta a hacer cualquier tipo de investigación interna en la Iglesia española, y afirmó que "se estaba exagerando la cuestión". En este sentido, en el 2021, cuando ocupaba el cargo de portavoz de los obispos, y en plena polémica por los casos de abusos a menores en la iglesia, defendió que se trataba de "pequeños casos". Y afirmó que la CEE "es la primera en el mundo que aprueba un conjunto de normas para afrontar los casos de abusos sexuales contra los menores de edad y personas que tienen habitualmente un uso imperfecto de razón". Además, puso en duda el número de casos y se preguntó "¿por qué se pone solo el foco en la Iglesia católica? Hay casos en federaciones deportivas, ¿se ha pedido una investigación general al COE o a la FIFA"?. "Incluso sumando todos los que han salido en los medios de comunicación, que se remontan a un periodo de 80 años, seguramente no pasan de mil", aseguró delante los medios.
En varias ocasiones, Argüello ha presentado la Iglesia católica como un "chivo expiatorio" dentro del fenómeno de la pederastia, y defiende que "son una minoría". En la misma línea se manifestó un año después, en 2022, cuando se desmarcó de las comisiones que investigan los abusos en la Iglesia. "Quizás se ha exagerado la cuestión", aseguró. Como representante de los obispos mostró su malestar por que los trabajos se centren en la pederastia eclesial, y no se extiendan a otros colectivos.
La última aparición de Luis Argüello hablando sobre esta cuestión fue hace solo unos meses, en septiembre de 2023, y pidió "no juzgar con la mentalidad de hoy" los abusos sexuales que se hicieron hace 40 años. En la presentación del balance del Servicio de Atención a Víctimas de Abusos (SAVA) mostró la disposición de la Iglesia con la Fiscalía y el Defensor del Pueblo siempre que les ha solicitado ayuda, todo y que, apuntó que quizás "hay menos casos de los que mediáticamente se dice". "Si resulta que nosotros rastreando todo eso —Fiscalía, redes sociales, despacho Cremades, medios de comunicación... Nosotros hemos sido proactivos en la búsqueda del asunto. Pero si no aparecen... igual no hay tantos o hay cifra oculta, que no ocultada", defendió.
A pesar de todas sus manifestaciones negacionistas con los miles de casos de abusos sexuales en la Iglesia denunciados, al ser nombrado presidente de la CEE, Argüello ha salido a saludar a un grupo de víctimas de abusos que se encontraba en la puerta de la casa de los obispos y ha acordado mantener un encuentro en el futuro. Acompañado del recién elegido vicepresidente de la CEE, el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, Argüello ha tenido un breve encuentro con el grupo de personas que desde primera hora de esta mañana aguardaban en las puertas de la CEE en protesta por la respuesta que la Iglesia está dando a los casos de pederastia.
"Cura" de la homosexualidad
Otra de las grandes polémicas protagonizadas por el nuevo presidente de los obispos está relacionada con la homosexualidad. El año 2019, Argüello aseguró que la homosexualidad no se cura, aunque mostraba su apoyo a los cursos de la diócesis de Alcalá de Henares, en Madrid, sobre homosexualidad, porque considera que no buscan la "curación médica" sino el "acompañamiento y sanación espiritual". Ante la incredulidad de los asistentes a la rueda de prensa, defendió que "en nuestra jerga decimos curación desde el punto de vista de la curación espiritual". En este sentido, explicó que "la cuestión médica no es de nuestra competencia directa, pero sí que creemos tener competencia para personas que, viviendo una orientación, quieran vivir una cura, un acompañamiento; y que se respete, en medio del elogio de la inclusividad, una diversidad más: la de aquellas personas que, con un cuerpo de hombre o de mujer, tienen, no obstante, una orientación que en principio no les parece que vaya de acuerdo con su corporalidad y lo viva con una preocupación, un malestar y quieran buscar una compañía que los ayude a vivir este momento".
A favor de la unidad de España
Argüello ha defendido la unidad de España en varias ocasiones. En una entrevista, en 2020 para El Mundo, defendía que "la unidad de España es un bien que se ha mantenido a lo largo de siglos", pero posteriormente, matizaba que "esto no quiere decir que tengamos una idea fija de cómo se tiene que organizar la unidad de España".
Años más tarde, y después del acuerdo entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont para investir el socialista como presidente del gobierno español, Argüello lamentó que "los nacionalismos son vividos como una nueva religión".