El 40% de los fuegos son causados por la mano del hombre. Las negligencias son la principal causa de los primeros incendios importantes de esta temporada. Cuando prácticamente todo el país está en riesgo alto y alerta por los fuegos forestales, los Bomberos y los Agentes Rurales hace uno grita a la prudencia y a extremar las precauciones en el bosque.

La poca pluviometría y la falta de gestión forestal ha puesto los bosques en alerta máxima. Son un polvorín. Sólo los incendios de Llançà y Castellví de Rosanes han quemado más de 700 hectáreas. La situación puede empeorar con la subida de las temperaturas este fin de semana que se mantendrá durante los próximos días. Y con este escenario Bomberos y Agentes Rurales hacen un llamamiento a la ciudadanía.

"Ninguno de los fuegos que hemos tenido hasta ahora es por generación espontánea", dice a El Nacional el director general de prevención y extinción de incendios, Joan Delort. "Detrás de siempre está la mano del hombre", añade. Por eso pide máxima precaución. La Generalitat cuenta con 2.500 bomberos más los 1.800 de los cuerpos de voluntarios. "Con lo que tenemos hacemos el máximo que se puede hacer", dice Delort que pone el énfasis en la prevención: "Procuramos no fiarlo todo a la extinción. Acabaremos haciendo frente y apagando el fuego, pero hay que disminuir el riesgo".

El bosque está seco. Hay tres zonas donde el riesgo es muy elevado y donde se han concentrado los primeros incendios de la temporada: Ponente, el Àrea Metropolitana de Barcelona y el litoral gerundense, entre el alto y el Bajo Empordà. "Hacen falta mucha precaución y mucha responsabilidad", remarca el director general de los Agentes Rurales, Marc Costa, en declaraciones en El Nacional. "Hacen falta más responsabilidad y una implicación activa de la ciudadanía", añade Costa cuando habla de la prevención.

Desde que ha empezado la temporada se han declarado 106 incendios. El año pasado, que fue excepcional por la covid-19, hubo 26 que quemaron 21 hectáreas.

El debate de fondo es la prevención y la gestión de los bosques. Pero en un país con tanta extensión boscosa donde la gran mayoría de la superficie forestal es privada la dificultad es muy alta. Por eso los agentes Rurales analizan cada día el riesgo de incendio forestal y como está el estado de la vegetación. Es el plan Alfa, que se hace público cada día.

Dentro de la tarea de prevención hay la vigilancia y también la inspección de infraestructuras como las vías de tren, la red eléctrica, edificios y barbacoas. Está el control de las actividades de riesgo, muy centrado en la campaña de la siega y en la campaña de la pelusa, que ha proliferado a raíz de un otoño lluvioso y una primavera seca. Pero hace falta más tarea de sensibilización porque de cada 10 incendios, 4 son provocados por negligencias. A partir del 15 de junio prácticamente no se dan autorizaciones para hacer segundos qué trabajos cerca de las zonas forestales, y las que se dan son más excepcionales.

Según Cuesta la mayoría de los fuegos son de origen humano y quien los origina "no acaba de ser consciente de lo que está haciendo".

Las causas del fuego

Los incendios pueden ser causados por causas naturales o provocados por negligencias o bien intencionadamente. Estos últimos son los que más difícil es de establecer la causa. Sobre terreno quemado, no es fácil encontrar las pruebas. Muchas veces se queman. Desde el momento que se declara el incendio, se activa ya un primer equipo de Agentes Rurales que tiene que localizar y preservar la zona de origen del fuego. Son investigadores sobre el terreno. Buscan pruebas. Descifran los mensajes que les ha dejado el fuego y los indicios que los llevarán al causante del incendio. Hay 40 agentes mayores, especialistas en incendios forestales que tienen una formación avanzada en la investigación de causas, y algunos de ellos están especializados en temáticas concretas como las líneas eléctricas.

"Hacer fuego es muy simple. Provocar un incendio es muy simple y poder atribuir un incendio a una persona es muy complicado. O lo encuentras in fraganti o muchas veces los indicios para poder atribuir el fuego no son suficientes", explicaba Toni Mur, el inspector jefe de los Agentes Rurales en un reportaje de El Nacional.

Cuando se detecta el fuego, la llamada entra al 112, e igual que los Bomberos, los Agentes Rurales, reciben el aviso. Los Agentes Rurales trabajan en dos líneas prioritarias: la investigación de las causas y la valoración y cartografía del incendio prácticamente en tiempo real.

Mientras el fuego está vivo, también se hace apoyo a los bomberos dándolos información sobre el territorio, como el estado de las pistas, los caminos de acceso y junto con GRAFO se hace llegar la información para establecer la mejor estrategia de extinción. También intervienen inmediatamente hasta que lleguen los Bomberos.

Los primeros momentos del incendio facilitan mucho la investigación. De hecho, una de las mayores dificultades es encontrar el origen, por eso desde el primer momento que se detecta la columna de humo, el equipo de investigación se traslada en el lugar, se hacen las fotografías de la columna y se buscan los testigos.

Una de las mayores dificultades es localizar el punto de inicio del incendio a partir de las señales que deja en la vegetación". El lugar de los hechos que se analiza puede llegar a tener de entre 20 a 200 metros cuadrados, sobre los cuales los Agentes Rurales buscarán todo tipo de pruebas. Se hace una retrospección, como si rebobinaran la película, hasta llegar en la zona de inicio y aquí también se va atrás identificando cada una de las señales que ha dejado el fuego. Buscan indicios de actividad humana y el medio de indicción y los encuentran en 4 de cada 10 fuegos que se declaran a Catalunya.