El RACC ha alertado este lunes a partir de un estudio de que el 40% de los radares de Catalunya tienen una señalización deficiente. Eso incluye los casos en que se informa con poca o demasiada antelación del límite de velocidad, el aviso de radar está demasiado alejado del dispositivo o directamente es inexistente. Por este motivo, desde el RACC reclaman fijar un criterio único y que todas las señales de radar incorporen también la velocidad permitida, cosa que "sólo sucede en el 32% de los casos".
A partir del análisis de los 249 radares de la red vial catalana, la auditoría también muestra que en las comarcas del Montsià y el Barcelonès es donde está el número más elevado de multas, con 70.740 y 60.999 sanciones, respectivamente, según datos del 2015.
"Falta de normativa"
Lluís Puerto, director de la Fundación RACC, ha apuntado que "hay una falta de normativa, sobre todo en Catalunya" con respecto a los criterios de señalización de los radares. Según ha explicado, los códigos de circulación catalán y español obligan a advertir los conductores de la presencia de radares, pero no especifican la distancia entre la señal de aviso y el radar. Sin embargo, el criterio del Servicio Catalán de Tráfico es situar la señal entre 750 y 1.000 metros antes del dispositivo. Desde el RACC, sin embargo, recomiendan que este margen sea de entre 500 y 1.250 metros.
En más, han explicado que la regulación catalana, que se aplica en torno al 80% de las carreteras del territorio, tampoco concreta cómo tienen que ser estas señales de tráfico. Por eso, ha criticado que hay una "heterogeneidad de casos" que genera "confusión en el conductor".
Actualmente, encontramos cuatro tipos de señal: la que sólo avisa del radar (65%), la que integra radar y velocidad (33%) y la de panel variable (2%). Según Prieto, estas cifras "no son suficientes", ya que "el 100% de las señales tendrían que estar integradas". Desde el Servicio Catalán de Tráfico ha intervenido a Òscar Llàtzer, que se ha mostrado favorable a estudiar la señalización, pero también ha advertido que "los conductores tienen la obligación de conocer los límites de velocidad".
Distribución de los radares
Aparte de revisar la señalización y la distancia, desde el RACC también han pedido "una mejor distribución de los radares". Según los datos recogidos, un 45% de las carreteras catalanas tienen un índice de riesgo bajo o muy bajo, pero concentran el 58% de los radares. En cambio, aquellas donde el riesgo es muy alto, un 18%, "sólo tienen el 3% de los radares".
Las cuatro demarcaciones catalanas acumulan el número mayor de radares de todo el Estado, con un 26,1% del total. Sin embargo, según los datos difundidos por el RACC, un 30% de estos están vacíos y sólo tienen una función disuasiva. Las comarcas con una mayor concentración son el Baix Llobregat, el Vallès Occidental y el Barcelonès, y las vías donde hay más son la N-II el A-2 y la N-340.
En cuanto al número de multas, el 70% de los radares imponen menos de 500 anuales, aunque hay catorce que "multan con una frecuencia anormalmente elevada en comparación con el resto". Están en Ulldecona -en dos ocasiones-, l'Albi, Campdevànol, Subirats, l'Ametlla de Mar, les Borges Blanques, Sant Pol de Mar Caldes de Malavella, Saus-Camallera, Sant Vicenç dels Horts, Castell-Platja d'Aro, Argelaguer y Reus.