El radar rotatorio de Girona ha sido más de medio año sin funcionar y de hecho, durante todo este tiempo el cinemómetro sólo se ha situado en un único punto: la caja que hay en el puente de Fontajau.
El concejal de Movilidad y Vía Pública, Joan Alcalà, ha explicado que hubo problemas con el sistema de lectura de matrículas, porque no transfería la información de manera automática, y eso comportó que hasta junio no se pudieran sacar adelante las sanciones.
Tan sólo aquel mes, sin embargo, se impusieron 261, entre las cuales hay una de un motorista que cruzó raudo el puente a 130 km/h. Alcalà asegura, de todos modos, que a pesar de no funcionar, el radar ha cumplido su función, porque ha permitido reducir la accidentalidad –y sobre todo, los heridos- en esta zona de la ciudad.