¿Qué falló en agosto de 2017, y antes, para prevenir el atentado terrorista de Barcelona y Cambrils? Todo y nada, seguramente. En aquel momento, los Mossos d'Esquadra tenían indicios de radicalización, cada vez más ágil por vías digitales, como las redes sociales, que permite que personas se autorradicalicen y sin formar parte orgánica del aparato terrorista yihadista puedan llegar a cometer algún atentado rudimentario pero letal, sea con armas blancas o incluso utilizando vehículos. Pero los terroristas de Ripoll no eran este tipo de terroristas. Ni eran lobos solitarios -una persona bajo las órdenes de Estado Islámico, durmiente, esperando órdenes y objetivos- ni tampoco uno inestable, que es cómo se conoce, en el argot de Información, quien lucha contra el terrorismo, a aquellas personas que se autorradicalizan y que pueden cometer algún atentado en su zona de influencia, sin órdenes directas del califato ni con objetivos concretos marcados por el aparato terrorista. Ripoll fue una cédula terrorista organizada, con capacidad y con conexiones internacionales que nadie pudo o supo prever. Hasta que fue demasiado tarde.
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Europa y Catalunya sigue en alerta 4 sobre 5 del nivel de alerta terrorista por atentado y, por lo tanto, la posibilidad de que nuestro país vuelva a vivir un ataque como el de hace cinco años no es una quimera. Es cierto que la reorganización de los dos grupos terroristas en la zona de conflicto y su nueva estrategia ha reducido el número de ataques contra civiles en Europa, pero la amenaza está latente y, en nuestra casa, el yihadismo siguen siendo una de amenazas más importantes por la seguridad. El año 2015, tal como explica la portavoz de los Mossos d'Esquadra, la inspectora Montserrat Escudé en una entrevista a ElNacional.cat, se pusieron en marcha planes para evitar la radicalización en extremismos violentos, que no acabaron de funcionar, y que ahora se han consolidado y mejorado para, cuando menos, reducir la posibilidad de que se vuelvan a repetir escenarios como los fatales de 2017.
Refuerzo de los ámbitos de control para evitar radicalizaciones
Escudé detalla que los Mossos, para abordar estos extremismos violentos, sobre todo del yihadista, pero también el de raíz de extrema derecha o de extrema izquierda, aunque son minoritarios -un 85% de los casos detectados están vinculados en el ámbito yihadista y un 12,5% en el de la ultraderecha, según los datos de la policía catalana-, se ha consolidado aquel plan de 2015 y se han promovido más ámbitos de actuación mediante un sistema de trabajo transversal basado en la prevención y la detección de radicalismos.
Desde hace años se trabaja con la proximidad policial, con Mossos d'Esquadra y policías locales, haciendo acercamientos a zonas de culto y también de seguimiento de posibles conductas de evidencia de radicalización en entornos sociales, en contacto con líderes de comunicados islámicas y también con informadores. También en el entorno penitenciario, donde se han detectado focos de radicalización, y, como tercera pata, en la comunidad educativa para potenciar la prevención y detección de los procesos de radicalización violenta en el entorno escolar. Los Mossos suman este trabajo preventivo que hacen de proximidad con la colaboración con otros cuerpos y fuerzas de seguridad, sobre todo, desde la entrada de los Mossos en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) que permite compartir información con las otras policías a escala española y europea en la lucha contra el terrorismo.
ENTREVISTA: La portavoz de los Mossos, la inspectora Montserrat Escudé, recuerda en una entrevista desde de Egara como vivió los atentados de 2017, el dispositivo Cronos y qué falló y qué ha cambiado, desde entonces, en los mecanismos de prevención del radicalismo yihadista en nuestra casa.
Más ámbitos donde combatir la radicalización
Ahora, sin embargo, se han activado más ámbitos de actuación donde los Mossos d'Esquadra trabajan para evitar radicalizaciones que puedan acabar con actuaciones violentas, más allá de las ideologías. Se hace en el ámbito de actuación de la Dirección General de Atención a la Infancia, la Adolescencia y la Juventud (DGAIA) para prevenir y detectar, fuera de la escuela, procesos incipientes de radicalización. Se ha reforzado también la formación en los Agentes Rurales para darles capacidad, como actores de primera línea, en la detección de procesos de radicalización en su ámbito de actuación y responsabilidad.
Al mismo tiempo, desde los Mossos d'Esquadra se han ampliado las conexiones con las comunidades religiosas y tejido asociativo, con el objetivo de dar a conocer estas situaciones a los líderes de las comunidades religiosas y otras entidades sociales para que dispongan de información y trabajar conjuntamente desde la vertiente preventiva, que es uno de los hechos que falló en Ripoll, antes de los atentados de 2017. E igualmente como en los espacios de culto, también los Mossos d'Esquadra han ampliado su línea de prevención al sistema de servicios sociales para dotar a los profesionales de este sector de las herramientas que les permita detectar y prevenir conductas radicalizadoras.
Unas 200 alertas por radicalización en Catalunya
Durante el año 2021, y según los datos de los Mossos d'Esquadra, crecieron las alertas relacionadas con posibles casos de radicalización violenta, llegando casi a 200 en todo Catalunya. De estas, sin embargo, por la actuación temprana de la policía o de los servicios sociales, se pudieron desactivar o descartar, al no avanzar, a pesar de la impregnación de ideología violenta, hacia la violencia.
Ya este 2022 los Mossos d'Esquadra han detenido dos personas, en la zona del Camp de Tarragona y Tierras del Ebro, después de haber detectado que se habían radicalizado y que, desde redes sociales, difundían propaganda yihadista. Los dos terroristas, detenidos en Vespella de Gaià (Tarragona) y en Móra d'Ebre (Tarragona), se habían autoaislado y habían encendido todas las alertas de su entorno, que también ayudaron en la Comisaría General de Información a localizarlos y poder neutralizarlos antes de que se convirtieran en peligros reales. Uno de ellos, el detenido en el Ebro, tenía intención de viajar a Siria para unirse a la guerra pero antes, cometer un ataque en Catalunya.
Terroristas, combatientes retornados y radicalizados
También en Catalunya, y hace pocos días, la Policía Nacional detuvo a un hombre en Mataró que había retornado de Siria después de recibir formación militar y que tenía intención de quedarse en nuestro país, convirtiéndose en un peligro, como combatiente retornado. En la línea de la radicalización, la policía española investiga al marroquí residente en Reus Mohamed Said Badaoui por su supuesta radicalización salafista y ha ordenado su expulsión de España, por su potencial peligrosidad.
La nueva comisaría general TIC
Al principio de verano ElNacional.cat hizo pública la nueva organización que tendrá el cuerpo de los Mossos d'Esquadra después de la reestructuración que ha liderado el comisario jefe Josep Maria Estela y el comisario Eduard Sallent, con el objetivo de modernizar la estructura policial para encarar el cuerpo de los Mossos hacia el futuro, pensando con el año 2030. Entre otras modificaciones de la actual estructura, dónde se elimina el peso que tenían los servicios centrales, configurándolos como servicios integrales, está prevista la creación de una nueva comisaría general TIC que incluirá dos patas, en forma de división, y que, por una parte, tendrán que servir para ayudar a poner a punto el cuerpo en el ámbito tecnológico y de otra a dotar los Mossos d'Esquadra de más capacidades en ciberseguridad, uno de los retos presente y de futuro.
También en la guerra contra el terrorismo yihadista, tal como detalla, en esta misma entrevista, la portavoz Montserrat Escudé, reforzando la estrategia contra la radicalización en el ámbito digital, aprovechando las nuevas tecnologías, los datos que facilitan las redes sociales, abiertas y cerradas, y también la capacidad de la inteligencia artificial para conectar información que humanamente puede quedar descontextualizada y ayudar a prevenir y anticiparse a situaciones de riesgo.