En un contexto de emergencia climática, toda acción que contribuya a prevenir los efectos que se derivan de esta es necesaria. En este sentido, a lo largo de los últimos años, se ha hecho mucha pedagogía y se ha procurado instalar en el seno de la sociedad la importancia de transitar hacia pautas de consumo que eviten, por ejemplo, la generación de tantísimos residuos. Por eso, la recogida selectiva es un factor trascendente para conseguir, entre otros objetivos, que se libere menos dióxido de carbono o se puedan reaprovechar determinados materiales que permitan reducir las materias que se envían a depósitos controlados e incineradoras.
La Comisión Europea hace tiempo que promueve directrices sobre economía circular y dejó claro que en el año 2020, los estados miembros del club comunitario tenían que cumplir con el objetivo de llegar al 50% de reciclaje, es decir, que al menos la mitad del total de residuos generados se recogieran de manera selectiva y que se separen en la fracción correspondiente. Esta meta se endurece con el paso de cada lustro: en el 2025, se tiene que alcanzar el 55%; en el 2030, el 60%; y en el 2035, el 65%. Con la finalidad de igualar o superar estos tantos por ciento, los países han ido promoviendo e implementando nuevos sistemas de fomento de la recogida selectiva. Los ejemplos más ilustrativos son la recogida de puerta a puerta —que, en algunos casos, no ha estado exento de controversia, como el caso de Sant Andreu— o los contenedores cerrados con identificación de los usuarios.
Catalunya sigue por debajo del 50%, a pesar de alcanzar el récord histórico el año 2021
Con todo, el 22 de julio, la Agència de Residus de Catalunya (ARC) publicó los datos de recogida selectiva de los residuos en el país durante el ejercicio 2021. Aunque el territorio catalán consiguió el año pasado el récord de residuos recogidos selectivamente, lo cierto es que esta cifra continúa por debajo del umbral del 50% y no se alcanza el objetivo europeo. Así pues, en el año 2021, Catalunya llegó al 46,6% de reciclaje del total de residuos generados. La cuantía representa un incremento de recogida selectiva del 3,1% con respecto al 2020. En cifras absolutas, en el país se generaron 4 millones de toneladas de residuos —otro máximo histórico—, de los cuales 1.878.000 toneladas se reciclaron. Si reducimos el foco, obtenemos que cada catalán generó 519 kilogramos de basura en el 2021.
En la última década, sin embargo, la evolución de la recogida selectiva en Catalunya ha sido notoria: en el 2012, se reciclaba el 39,1% de la basura generada, un porcentaje que no se superó hasta el año 2017 (39,9%) debido a dos pequeños retrocesos registrados los ejercicios 2013 y 2016. A partir del 2018, el territorio catalán superó, de media, el 40%. A lo largo de estos últimos 10 años, ha sido especialmente significativo el auge presentado entre el 2018 y 2019, cuando se pasó del 41,7% al 44,9%.
Casi el 47% de los municipios catalanes cumplen con los objetivos de reciclaje de la UE
Era a finales de julio cuando la ARC daba a conocer las estadísticas de residuos en Catalunya el año 2021. La institución desgranó la recogida selectiva por comarcas. ElNacional.cat ha tenido acceso a los datos a escala municipal, y una de las principales conclusiones es que 444 localidades —es decir, el 46,9% del total— superaron el índice del 50% de residuos reciclados. En cifras absolutas, el número de pueblos y ciudades catalanas que se sitúan por encima del tope mencionado anteriormente es más bajo que en el 2020, cuando la lista de los que cumplían con el objetivo la formaban 445 núcleos.
Sagàs (Berguedà) fue el municipio con el porcentaje de recogida selectiva más alto del año 2021, llegando al 97,3%. Los otros nueve pueblos que ocupan la lista de las 10 localidades que alcanzaron un reciclaje más elevado son Albons (Baix Empordà) —94,4%—, Pobla de Claramunt (Anoia) —93,8%—, Corçà (Baix Empordà) —93,38%—, Sant Quirze Safaja (Moianès) —93,07%—, Verges (Baix Empordà) —92,79%—, Matadepera (Vallès Occidental) —92,45%—, Vilablareix (Gironès) —92,29%—, Torre de Claramunt (Anoia) —91,2%— y Santa Eulàlia de Ronçana (Vallès Oriental) —90,98%—.
En el otro extremo, los 10 municipios catalanes que menos recogieron los residuos de manera fraccionada son Fígols (Berguedà) —11,08%—, Vallbona d'Anoia (Anoia) —15,77%—, Creixell (Tarragonès) —16,83%—, Cabrera de Anoia (Anoia) —16,97%—, Isòvol (Cerdanya) —17,5%—, Llacuna (Anoia) —17,56%—, Torroja del Priorat (Priorat) —19,44%—, Das (Cerdanya) —20,02%—, Prats i Sansor (Cerdanya) —20,59%— y Lles de Cerdanya (Cerdanya) —20,63%—. Otro aspecto reseñable son las localidades que han presentado un crecimiento del reciclaje muy sustancial del 2020 al 2021. Hay tres municipios que han registrado un incremento por encima del 100%: son los casos de Riu de Cerdanya (del 17,95% al 54,51%), Sils (del 30,98% al 76,76%) y Pobla de Mafumet (del 18,41% al 37,81%). En esta tabla, se pueden observar los datos de recogida selectiva de cada población de Catalunya entre el 2017 y 2021:
17 comarcas superaron el 50% de reciclaje
A diferencia del número de municipios que han conseguido recoger selectivamente, al menos, la mitad del total de los residuos generados, que ha bajado en el 2021; la cifra de comarcas que han cumplido con esta meta el año anterior sube y pasa de las 14 de 2020 a las 17 de 2021. En términos porcentuales, es el 40,5% de la totalidad de estas demarcaciones que tiene Catalunya. El listado de las que se sitúan por encima del 50% lo forman la Conca de Barberà, el Berguedà, Osona, Moianès, Terra Alta, Pallars Sobirà, Segarra, Gironès, Bages, Alt Urgell, Ripollès, Priorat, Alta Ribagorça, Urgell, Garrotxa, Solsonès y Montsià. De hecho, siete de ellas ya cumplirían con el objetivo fijado por la Comisión Europea para el 2025, que es alcanzar el 55% de la separación en cuatro fracciones de los residuos. La Conca de Barberà (80,43%), Berguedà (68,7%), Osona (68,59%), Moianès (64,78%), Terra Alta (62,87%), Pallars Sobirà (62,45%) y Segarra (59,62%) son las que más han avanzado en recogida selectiva.
Paradójicamente, las cinco demarcaciones con deberes pendientes en esta materia son la Cerdanya (28,48%), el Àrea Metropolitana de Barcelona (38,86%), el Tarragonès (40,2%), el Baix Penedès (40,4%) y las Garrigues (41,26%). Si comparamos los datos obtenidos en el 2021 con los de 2020, sólo hay siete comarcas que dan un paso atrás: Alt Empordà (-8,07%), Baix Ebre (-7,22%), Priorat (-7,17%), Montsià (-3,58%), Garrigues (-2,23%), Berguedà (-1,76%) y Ribera d'Ebre (-0,77%). El resto de territorios mejora del 2020 al 2021, siendo la Conca de Barberà (+31,62%), el Urgell (+13,57%) y la Val d'Aran (+8,51%) las que más han avanzado de un ejercicio al otro en reciclaje.
Un año más, las estadísticas manifiestan que Catalunya todavía tiene que trabajar más en la recogida selectiva para alinearse con los parámetros de la Unión Europea, aunque la línea ascendente del porcentaje de reciclaje y el hecho de registrar un nuevo récord también pone de relieve que hay una evolución positiva. En este contexto, la Agència de Residus de Catalunya trabaja en el borrador de la futura ley de residuos del país. Desde el organismo apuntan que quieren que la nueva normativa sea una "herramienta transformadora del modelo productivo con el fin de propiciar un consumo más responsable, preventivo y que evite el exceso de embalajes en los productos", apostando por hacer la transición "de la linealidad a la circularidad".
Los dos aspectos que se han marcado como claves son que las administraciones locales se inclinen cada vez más por "sistemas de recogida selectiva de alta eficiencia" y que estos mismos organismos apliquen "la tasa justa como mecanismo económico y fiscal que incentive la prevención y la separación correcta en origen y la participación en la recogida selectiva de los residuos a los usuarios a los cuales prestan el servicio". El mensaje, claro: hay que recoger los residuos en las fracciones ordinarias, la materia orgánica, el papel y cartón, el vidrio, los envases ligeros y otros, como ahora pueden ser los escombros, la poda o aparatos eléctricos y electrónicos.